Capitulo VIII

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Me levanté con el ceño fruncido, sobándome la cabeza, miré al mi alrededor y Laura seguía dormiendo, preferí no levantarla, así seguiría al menos por un tiempo con mi vida normal.

Me levanté practicamente caminando como un zombie, miré la hora y eran las 9:30 de la mañana. Es muy temprano -pensé exhausto.

Me fuí a mi vestidor y me llegué con una sorpresita por parte de Laura.

-¿Que es todo esto? -dije con voz baja para no levantar a Laura.

Ví que la mitad de mi gran armario estaba con ropa de chica, esto no puede estar pasando.

Suspiré no dándole importancia a lo que acabo de ver, me cambié una remera cómoda y bonita a la vez, unos jeans rasgados y unas converses negras, ya que el negro combina con todo y eso me agrada, después salí del cuarto cuidadosamente sin hacer ruido y me fuí al baño, me miré al espejo y me peiné mi cabello rubio, finalmente bajé a la cocina a preparme mi desayuno, pero lo malo es que no se muy bien como cocibar.

-Ok... Debe haber algo por los cajones una guía de hacer desayunos... -dije buscando por los cajones-. Postres no... Sopas no... ¿¡Pero porque tengo una guía de sopa si no me gustan!? -dije confundido- Bueno no hay para desayunos... Y debería desaserme de esa guía de sopas.

Saqué una licuadora de una repisa cuidadosamente y la puse en la mesa, miré por el frutero y había unas pares de fresas así que hoy día haré jugo de fresa.

-Lo que me contó mamá es que primero hay que lavarlo... Bien... Pero primero debería buscarme unos guantes, Ross solo son fresas vamos -me decía a mi mismo.

Agarré las fresas las lavé profesionalmente, las puse en una canasta y la llevé a la mesa donde estaba la licuadora.

-Ahm... -dije pensando-. Ya sé, agua, un poco de agua para el jugo.

Eché en una jarrita agua nivelando la cantidad con la licuadora, una vez echado el agua en ella agregué las fresas y tapé con una tapita rojita la licuadora.

-Ok solo agarro el cordón y lo enchufo... Vamos Ross no seas un cobarde -dije agarrando el cordón-. ¡Listo! -sonreí-. Enchufado... Ahora solo presiono el botón y... ¡AH! -grité con una voz muy aguda, pero luego miré a la licuadora extrañado, no estaba dando vueltitas, sonó de nuevo una vibración y era mi celular que estaba en mi bolsilo.

Estaba sacandolo un una cálida voz me interrumpió.

-Wow, creo que necesitas ayuda.

Dijo Laura apoyada en la pared con los brazos cruzados.

-¿Que? No... -dije.

-Con ese grito de nena creo que sí -dijo sonriente, ella se acercó a la licuadora-. Déjame ayudarte.

Ella encendió la licuadora, comenzó con un ruido fuerte pero después se puso mas silencioso hasta que llegó en un toni aceptable.

Desbloquié mi celular y Calum me había mandado mensajes.

Calum: Hola.
Calum: Shor, te dije que ibamos a hablar en algún momento sobre lo que con mis propios ojos ayer.
Ross: Bueno.
Calum: Hoy día ahora mismo en el parque frente de tu casa, bien?
Ross: Bien, esperame allá, en 5 minutos llego.
Calum: Bueno, te veo allá, hasta luego.
Ross: Hasta luego.

Apagué mi celular, lo guardé en mi bolsillo y ví a Laura sirviendo en fos vasos el jugo.

-Gracias -dije recibiendolo.

Por Favor, Recuerdame |Raura| |Completado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora