Capítulo XXXV

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Al llevarla me decidí por seguir la ambulancia, empecé a gastar mis fuerzas corriendo pero al ver la ambulancia irse más rápido, me quedé varado en plena vereda.

Agitado, empecé a caminar lentamente, había perdido de la vista a mi familia, en este preciso instante estoy caminando sin rumbo.

—Lynch –oí atrás mío.

Volteé y pude ver a Andrew con todos mis demás compañeros de mi institución y amigos.

—¿Qué quieres ahora Gorinn? –pregunté entre dientes y mirando al gentío atrás de él.

—¡Te gusta Laura! ¡Te gusta Laura! –empezaron todos a gritar produciéndome un dolor de cabeza.

Empecé a retroceder ignorándolos, pero al ritmo de cada palabra ellos se iban acercando más y más a mi.

—¡Basta! –grité callando a todos–. Ahora por sus culpas –miré hacia abajo por el remordimiento–. Laura... –tragué saliva–. ESTÁ EN PELIGRO –los miré con furia.

Al decir eso, todos se esfumaron, menos Andrew, que estaba en shock.

Empezó a caer gotas de agua que en unos minutos llegó a ser una gran lluvia. Tomé mi bicicleta que había llevado y manejé hacia el hospital, no llevaba dinero para un taxi y mucho menos llegar a casa para el auto, se me haría tarde.

Estaba muy empapado y así llegue al hospital, dejé mi bici por un lado, y pregunté en que salón se dirigía.

—Disculpe joven en ese estado usted no puede entrar –me vio la señora recepcionista viendo que chorreaba gotas de mi prenda.

—¿Me puede decir en que salón está la paciente...? –la ignoré impaciente.

—Joven, usted no puede entrar así –me interrumpió.

Rodeé los ojos, estaba apunto de entrar yo mismo a averiguar hasta que vi pasar a un enfermero preocupado.

—Ir al sala del paciente Marano. Ya voy para allá –dijo en medio de un comunicador.

Miré por última vez a la señora recepcionista que me miraba con angustia, le sonreí sarcásticamente por su "gran apoyo" y salí corriendo a perseguir a ese enfermero donde me dirigía hacia el salón de Laura.

Al entrar al pasadizo pude oír al enfermero decir algunas
palabras.

—Ella está empeorando –habló desesperado–. Estamos haciendo todo lo que podemos, por favor tenga paciencia.

Y otra vez, la familia Marano, pasaba por esto y peor si el causante fui yo.

Al oír eso poco a poco se me estaban nublando los ojos de lágrimas, veía todo borroso.

MI hermana Rydel se me acercó, me estaba estresando.

—¿Por... Qué? –dijo dolida.

Y caí rendido al suelo arrodillado maldiciéndome y a la par salió lágrimas de mis ojos por el sufrimiento.

Empecé a golpear el piso con mis manos, no podía pasarle esto... NO A ELLA.

Furioso, empecé a gritar y maldecirme, cualquiera creería que soy un loco.

(...)

—La paciente está en proceso, no podemos confirmar nada por ahora... –y la esperanza volvió–. ha echo mucho trabajo por hoy, necesita descansar unas horas. ¡Y por favor! No insistan, por el momento no pueden verla, estaremos toda la madrugada en ella, la espera terminó.

Pude escuchar esas palabras al despertarme, estaba dormido en los asientos de espera, al instante la familia Marano obedeció las órdenes de aquel doctor mismo que le había curado la primera vez.

Por Favor, Recuerdame |Raura| |Completado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora