Capitulo XV

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Parpadeé lentamente mirando a mi al rededor, dirigí mi mirada al reloj que punteaba cada segundo, vino un doctor diciendo "Ya despertó" y apuntando algunas cosas.

Me levanté apoyando mis manos atrás, seguía observando cada detalle, definitivamente estaba en el hospital.

Sobé mis ojos tocándome la cabeza, mordí mi labio y hablé por fin.

—¿Que me pasó? —miré al doctor temeroso.

Tragué saliva.

—Ha sufrido una caída, por consecuencia, usted se golpeó una parte de la cabeza, sin embargo, no fueron muy graves pero si riesgosas —respondió tocando su blanco bigote mirándome fijamente a los ojos.

Suspiré, al parecer no fue tan grave —pensé.

Seguía observando a mi al rededor, miré mi cuerpo y traía atuendo de hospital, ¿he estado así por días?

—¿Desde cuándo estoy aquí?

—Recién ayer en la noche, cuando sufrió la caída. Hoy día le daremos por alta y finalmente podrá salir —sacó su vista del tablero de notas y dirigió la mirada en mi—. Siempre y cuando reposando un tiempo.

Rodeé mis ojos, me siento bien, estoy bien, ya quiero salir, quiero mover mis piernas ya.

—¿Y cuándo saldré? —pregunté mirando el mismo reloj que ví antes.

—Saldrá en minutos. Por mientras avisaré a sus respectivos familiares que ha despertado.

Caminó hacia la puerta, la abrió, y junto con su tablero fue a avisar a mi familia.

—Joder —bufé—. Son las 9:30 de la mañana, y no suelo despertarme a esa hora.

Alguien abrió la puerta lentamente, dirigí la mirada hacia aquella persona.

Rodeé los ojos, pensaba que al menos viniera mi familia

—¿Se puede? —preguntó con esa cálida voz que debilita mi oído.

—Ya estás adentro, pasa.

Ella cerró la puerta con cuidado y se dirigió hacia mi.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Laura.

—Bien, muy bien, ¿me puedo ir ya?

—Deberías ser un poco más paciente, escucha, esto es un hospital, sufriste una caída afectándote algunas zonas de la cabeza, y deberías por lo menos, agradecer que no fue nada grave.

Hubo un silencio.

—Laura —bufé—. No puedo soportar estar aquí, me hace pensar muchas cosas, ayúdame.

—Creo que yo estuve en tu lugar, y sé que hay nervios en el hospital, nunca sabes que te puede pasar. Solo guardar la calma.

Se sentó a la cómoda silla que estaba a mi lado.

—Sé que no pudimos salir... No sé... a algún lado como novios, por las fiestas que hubo todos estos días... Así que te propongo algo —dijo en tono desafiante.

—¿Que cosa? —le seguí.

—Ayer Calum, Austin, Andrew y Garret, ¿creo que así se llamaban? —asentí—. Bueno, entonces ellos me enseñaron a jugar vídeo juegos, me encantó el juego de las guitarras, incluso llegué a ganarles a todos ellos. ¿Que dices? Un juego de guitarras, si ganas tú, vamos a donde tú quieras, y si gano yo, vamos a donde yo quiera.

—Te arrepentirás, soy muy bueno en ese juego —dije desafiante.

—Eso veremos Lynch —se acomodó la camisa de cuero—. ¿Trato hecho?

Por Favor, Recuerdame |Raura| |Completado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora