Por Favor, Recuerdame |Raura| |Completado|

Capitulo XXII

Salí de los brazos de Courtney y me tropecé con un cosmético de ella, caí y empezé a retroceder.

-¡No te me acerques feo monstruo! -dije agarrando el cosmético.

Ella empezó a reir.

-No te haré nada Ross -agarró el cosmético que tenía en mi mano y la guardó.

¿Entonces porqué Bella nos encerró? Aun no puedo creer que Bella haiga echo esto.

-Siempre creí que me harías algo malo. Desde que te ví con el mesero no separaste tu vista de mi. ¿Crees que no te vi? Estabas con una libreta apuntando cada cosa que hacía.

Ella se quedó un rato pensativa, levanté mi ceja derecha extrañado.

-Igual. Tú serás mio.

-¡No! Ni si quiera te conosco lo suficientemente bien.

-Pero yo a ti si. Y no dejaré que esa estúpida de Laura me lo quite.

-¡No le digas estúpida! Estúpida -le saqué la lengua.

Ella empezó a reir de nuevo. ¿Que le resulta gracioso a esta loca?

- ¿Que te pasa hija de Dross? -la interrumpí.

- No puedo creerlo -se rió de nuevo pero esta vez se tocaba la barriga-. Basta basta.

Empecé a retroceder más hasta llegar al cierre de la carpa, empecé a abrirla pero no se podía, me había acordado de que Bella me había encerrado con llave o ¿era un palo?

-No podrás salir de aquí. Lo más irónico mi querido Rossy, es lo más falso que pudiste llegar.

-¿A que te refieres? -dije dudoso.

-Me refiero a tu odio a Laura. ¿Desapareció? ¿O ya te enamoraste verdaderamente de ella?

-No me enamoré de ella. Ádemas todos saben que Laura y yo no hay nada.

-¿No hay nada? Wow. ¿Y los abrazos, los besos...?

-Tengo que apoyar a Laura, sus padres me lo pedieron.

Ella se quedó callada, no sé por qué cuando dije que no amo a Laura mi corazón latió fuerte. Bah, eso le pasará a cualquiera.

-¿Y Bella? ¿Aún sigues enamorado de ella?

Abrí mis ojos como platos.

-¿Como lo sabes? Eres una...

Me tapó la boca con sus manos.

-Sh sh. Todos sabemos que te gusta o te gustaba Bella.

-No se si por lo que está haciendo esto me seguirá gustando -dije inseguro.

-Pero ahora tu me amarás a mi -se me acercó.

Me alejaba hasta que llegué a tocar la carpa y no había más espacio, ella se abalanzó sobre mi tirándome al suelo y clabando sus labios sobre los míos.

-¡Sácate! -la empujé y empecé a limpiarme la boca.

-Admite que te gustó bebé.

- No, nunca, y no me digas bebé -me volteé y me cruzé de brazos.

Había un silencio.

-Pero es una pena que estés aquí conmigo encerrado -se acercó a mi.

-¡Ya lárgate! -grité yéndome para otro lado-. Joder, ¿Donde se metieron los demás?