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"Todos tienen poderes y en el momento que encuentren a su alma gemela, estos se intercambiarán"
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(T/n) borraba las imágenes inútiles que le chupaban espacio en el celular. Estaba llena de memes o vídeos randoms que enviaban en el grupo de sus amigos a través de la apliación de mensajes.
Se sujetaba en una de las barras del tren para mantener el equilibrio. Sentía una brisa pasar a través de sus piernas, haciendo que la chica se sintiera incómoda por eso. Llevar falda le era una gran molestia, no para de alisarla puesto que todo el rato tenía la sensación de que se subía.
De repente, sintió una mano rasposa tocar su muslo e inmediatamente los ojos se volvieron de color rojo por la furia y no dudó en voltearse para frentarse cara a cara con el pervertido que osaba tocarla. Pudo ver la sonrisa arrogante de ese individuo que debía tener unos treinta años. El toqueteo de ese hombre no cesaba, haciendo que la sangre de la peli(t/c) empezara a hervir. Ella, sin pensarlo, le devolvió la sonrisa, cosa que para el mayor le pareció extraño. (T/n) señaló con el índice hacia bajo, indicando a este que mirara donde se dirigía el dedo. No tardó en darse cuenta que en esa parte, la ropa estaba en llamas. El señor se asustó al ver que se estaba quemando y empezó a gritar por el miedo sin saber qué hacer exactamente, pues el fuego se estaba extendiendo.
La gente de alrededor empezó a ver el hombre chillar. Estaban fuera del contexto.
— ¡Así aprenderás a no tocar a las chicas, maldito pedófilo!
— ¡Estás loca! .— exclamó mientras se palmaba la parte de la ropa para tratar de apagar el fuego.
— ¿¡Qué está pasando ahí!? .— unos vigilantes del tren se estaban acercando al percatarse del pequeño alboroto —. ¡Está prohibido usar los poderes en los transportes públicos! .— dicho eso, todos se quedaron mirando a (T/n).
— Oh, oh... .— por suerte, en ese momento el tren se detenía en una estación, y aprovechando la oportunidad, ella se bajó para mezclarse entre la multitud —. No me volverán a atrapar.
