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Tanaka estaba corriendo desesperadamente por todos los pasillos de la escuela. Todos los estudiantes que lo veían pasar podían presenciar perfectamente la rabia que tenía en ese momento. Sus pasos eran ruidosos, pisaba con furia el suelo y sus manos formaban puños para retener la rabia. No podía soltar toda su rabia hasta que la encontrara.
Su equipo de Volleyball iba detrás de él preocupados, habían tratado de detenerlo muchas veces pero todos los intentos eran inútiles y parecía que su fuerza había incrementado, porque ni el capitán pudo pararlo con los brazos.
El chico acabó de fruncir mucho más el ceño en cuanto divisó a (T/n) al final del pasillo que acababa de subir las escaleras. Iba sola.
Él aumentó el ritmo de su caminata hasta llegar a ella y sin que pudiera reaccionar o darse cuenta que se estaba acercando, la tomó por los hombros y la empujó contra la pared con agresividad, sin medir la fuerza que había usado para hacer esa acción.
— ¿¡Pero qué te pasa loco de mierda!? .— chilló por el ataque imprevisto.
— ¡Por tu culpa él ya no ha vuelto a la escuela hace dos semanas! .— su grito fue fuerte y claro para los alumnos que estaban alrededor, alertándolos de la situación —. ¿¡Estarás contenta, no!?
— ¿¡Y a mi qué me cuentas!? ¡Yo no le obligué a nada, es él quien se dejó!
— ¡Eres una mierda de persona! .— la rabia le consumía y no podía pensar nada más que darle lo que se merecía esa peli(t/p) —. ¡NO ME IMPORTA QUE SEAS MUJER, NO PIENSO DEJAR QUE ESTÉS CAMINANDO TRANQUILA POR AQUÍ SIN RECIBIR LO QUE TE MERECES!
Tanaka no dudó en alzar su puño para cargarlo con fuerza y enseguida prepararse para darle un gran golpe al rostro de la fémina. Estaba tan enojado que hasta las venas de su frente se podían ver sin ninguna dificultad.
(T/n) ya estaba convencida de que iba a recibir ese puño y cerró los ojos asustada, sin embargo, Daichi junto con los otros llegaron finalmente y lo sujetaron para apartarlo de ella. Fue complicado porque Tanaka estaba enloquecido y fuera de control.
— ¡Soltadme! .— trataba de forcejear sin resultado alguno.
— ¡Cálmate, Ryu! .— suplicó el líbero preocupado mientras lo agarraba del brazo —. ¡No puedes hacer esto!
— ¿¡Quién dice que no!?
— Tanaka, por favor .— Asahi aumentó la fuerza para sujetar mejor el otro brazo —. Está muy mal lo que ibas a hacer.
Hinata estaba observándolo con nerviosismo y ansiedad sin saber como reaccionar, y el resto de primero se encontraban en la misma situación. Nunca se imaginaron que Ryu pudiera comportarse de esta manera y menos capaz de darle una paliza a una chica.
El capitán se situó delante de su compañero, separando más a él de (T/n) para calmarlo. Costó, pero al final Tanaka se fue tranquilizando a los segundos, hasta que se cayó de rodillas agotado y de sus ojos empezaron a caer lágrimas, sorprendiendo a los demás.
