-Paula.
-¿Sí?
-Comenzaremos si estás lista.
-Lo estoy. -Paula movía nerviosamente sus pupilas de un lado a otro, sin mirar a la cámara o a la persona detrás de esta.
-¿Estás segura? -volvió a preguntar el hombre anónimo. Paula sólo asintió-. Muy bien, ¿recuerdas el primer día?
-Ginger llegó tarde... -comenzó Paula, estaba intentando recordar, le costaba trabajo, pero así era ella, nerviosa y olvidadiza-. Ocupó el casillero al lado del mío y me saludó muy alegremente, yo ¿ah?, yo no correspondí a su saludo, la ignoré. Ginger no me caía bien, se veía muy alegre, presentía que sería otra de las populares: amadas por todos porque son muy carismáticas, sociables e hipócritas.
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Ginger
Short StorySus ojos siempre estaban cristalizados...no buscaban nada en específico, sólo veían a la nada, estaban perdidos, al igual que los sueños que no podía encontrar, al igual que sus esperanzas, pérdidas. Toda ella era una persona perdida en si misma, en...