Video 15

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-André, me alegro de que llegaras a tiempo.

-Sí, bueno, ya no tengo novia. -Respondió André con las manos en alto.

-¿Por qué saliste con ella?

-En realidad no lo sé. Ella habló conmigo el día en que invite a Ginger a comer y la seguimos. Después de unos meses estaba muy confundido y no creí que hablar con Paula me funcionaria como siempre.

-¿Siempre hablas con Paula de lo que te sucede?

-Sí, pero esa vez no me sentí muy seguro de contarle.

-¿Por qué? ¿Qué pasaba esta vez? -André movía nerviosamente sus dedos-. ¿André?

-Ginger. No sabía que sentía por ella, tal vez sólo curiosidad. No le conté a Paula porque no era como los otros temas de chicas o de mis exnovias, sólo le dije que debíamos averiguar más sobre ella. Aún así acepté la propuesta de la otra chica, pero no me sirvió de nada, no me hacia sentir mejor, no fue importante para mí.

-Supongo que a ella tampoco le importó, a tu ex, me refiero.

-Para nada, al parecer no consiguió lo que buscaba.

-Exacto. Y, cambiando de tema, Paula me comentaba que estuviste en el hospital, cuéntame qué te pasó después de que seguiste a la camioneta.

-No recuerdo mucho como terminé en el hospital, yo...seguí la camioneta hasta lo profundo del bosque, allí había una casa grande y rústica, con ventanas sustituyendo algunas paredes. Una mujer enfurecida bajó del vehículo...

-¿Cómo era la mujer? -Interrumpió el hombre anónimo.

-Era muy alta, esbelta y pelirroja, no pude ver su rostro, su cabello largo lo cubría. - André espero un poco a la reacción del anónimo, pero este no respondió y siguió contando-. Poco después Ginger bajó del auto, pero no entró, se fue por la parte de atrás, la seguí hasta que notó mi presencia. Al principio estaba muy contenta, no sé por qué, después me dijo que no debí seguirla y fue como si algo reaccionara en ella, comenzó a llorar y a respirar muy rápido. Intente tranquilizarla, pero ella se alejaba de mi, no quería que la tocara.

André estaba procesando lo sucedido, por un momento parecía como si riera un poco, de vergüenza o de las ironías de la vida.

-Ella comenzó a hacer mucho escándalo para que me fuera. Estaba a punto de hacerlo pero se escuchó una voz femenina, la voz le preguntó con quien hablaba, Ginger respondió que estaba sola, la mujer ignoró eso sabiendo que alguien estaba con ella y le dijo que me ofreciera algo de beber, en ese momento Ginger se tapó la boca con un gesto horrorizado, respondió que no lo haría pero la mujer le dijo en un tono de advertencia que tenía que hacerlo para no ser irrespetuosa por todo el recorrido que hice.

-¿Qué te dio? -preguntó el hombre al ver que André se quedó pensativo.

-Té. Té de moras. Entramos a un cuarto, a su cuarto, pero no estaba conectado con el resto de la casa, sólo se podía entrar por la parte de atrás. Ginger estaba nerviosa mientras preparaba el té, lo supe porque estaba temblando mucho. Le hice muchas preguntas, "¿por qué vives aquí, te gusta?, ¿cada cuanto te mudas?, ¿dónde vivías antes?, ¿te quedarás a terminar el ciclo escolar?, ¿por qué sólo hay una entrada para tu cuarto?, ¿quien es esa mujer, es tu madre, madrastra, tía?, ¿por qué reaccionas así conmigo?, ¿por qué te aislaste de los demás?, ¿quieres venir a una fiesta el viernes?". Pero ella no respondió. Me ofreció el té, que sabía muy bien para ser la primera vez que lo probaba, y de inmediato me comencé a sentir extraño, los párpados me pesaban. El teléfono de Ginger sonó. Al contestar Ginger dijo "está listo", no supe a que se refería exactamente, pero era más que obvio que algo andaba mal. Me ofreció su cama y acepté pues me sentía de verdad cansado, me cubrió con una manta y susurró un lo siento. No hicimos nada en un rato, sólo mirarnos... La puerta se abrió y Ginger comenzó a llorar, se puso enfrente de mí así que seguí sin poder ver el rostro de la mujer, pero sonaba enojada. Todo pasó tan rápido, cuando me di cuenta Ginger estaba en el suelo y yo no podía moverme, lo cual lamenté. Y me quedé dormido.

André meditaba lo que había contado, movió la cabeza con un gesto de desaprobación y se tapó la boca.

-Soy un idiota -susurró André con una sonrisa melancólica mientras se rascaba la nuca.

GingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora