- ¿Cómo pudiste hacerme esto? – le doy una mirada sin responder mientras sigue pasando las imágenes en mi teléfono de forma obsesiva – se supone que nos contamos todo...
Ignoro su reclamo pasando las manos por mi cabello suelto. Fue un día horrible.
- ¿Qué eres? ¿Mi segunda esposa? – murmuro.
- Debería ser la primera – ruedo los ojos ante su ridícula cara de decepción cuando se toca el corazón.
- Si sabes que estás haciendo un drama, ¿verdad? – Metin se echa a reír y me da unas palmadas en el hombro.
- Si, rompiste mi corazón, pero estoy feliz por ustedes. Aunque no puedo evitar preguntar, ¿de verdad estas seguro con esto del matrimonio? Ahora no viven juntos, pero tarde o temprano sucederá, ira por ahí sin maquillaje y luego los hijos, los reclamos y las exigencias, seguro te crecerá una panza... - bufo y ato mi cabello. Ya sea con el cabello suelto o agarrado me dolerá la cabeza igual.
- Sanem casi no usa maquillaje, ¿y que tiene que ver eso con nada? – Metin me mira sorprendido y busca entre las fotos de mi teléfono, encuentra una de Sanem y la amplia.
- Si que es hermosa – murmura con un tono de sorpresa. Lo miro por unos segundos con la mano extendida.
- Gracias -. Escupo cuando me lo entrega; no me creyó que me case con Sanem así que tuve que enseñarle las fotos, tendré que darle el certificado para que haga todos los cambios necesarios.
- Bueno, ¿Qué sucederá ahora? – pregunta en tono serio.
- Sanem es oficialmente una Divit así que será incluida en todo lo que tenga que ver con los bienes de la familia, también en mi testamento y harás el cambio en su nombre, ella tomará mi apellido.
- Sanem Divit-Aydin, suena bien – sí, lo hace. – un segundo, ¿tu testamento? ¿Piensas hacer algo estúpido?
- Es simple formalidad, además, voy a ir tras el imbécil que hizo esto y lo voy a matar – me mira sin decir nada y suspira. Por un buen rato nos quedamos callados así que cierro mis ojos y recargo mi cabeza en la pared recordando la cara de Sanem cuando recibió el disparo, mis puños se aprietan por puro reflejo, esto es mi culpa, solo mía.
- Tu tío Hakan salió del país, – comenta sin verme en la misma posición que yo – nuestro informante me dice que lo mando llamar su anterior cliente y salió de emergencia, pensé que iría a Kazajistán, pero no, salió del país, Londres me parece. Se hizo lo que pediste en caso de que se fuera de Turquía.
- Todos sabemos que Kazajistán es el salto a las ligas mayores, es evidente que fallo y tendrá que arreglarlo. Va tras el ratón – una sonrisa se asoma en las comisuras de mis labios. Está buscando en el territorio equivocado.
- Todo va de acuerdo al plan – murmura Metin con un tono optimista.
- No todo.
- Can, sabias que habría consecuencias, meternos con un gigante como tu tío no iba a ser fácil – no, no lo seria, pero maldita sea, siempre espere que las balas fueran por mí, no por ella, nunca por ella.
- Apenas finalice todo esto me la llevare de aquí – le confieso con voz grave.
- ¿Al fin seguirás mi consejo? – se burla. Recuerdo cuando me lo dijo, que razón tenía en ese momento y ahora.
- Apenas acabe con Levant y su padre, desapareceremos, quien sabe que tormentas se levanten por eso así que no voy a arriesgarme – asiente. Cuando lo miro me entrecierra los ojos.
