Epilogo
Parte 1
MASACRE
Nihat camina rápido con la mano de su pequeña en la de él. La niña ríe emocionada por los pequeños brincos que tiene que dar por los largos pasos de su padre, cree que es un juego, que tienen una carrera y al final habrá un premio. Nihat dobla a la esquina con desesperación, no sabe qué hacer, se supone que esta gente no lo molestaría, tenía las suficientes pruebas para hundir a esa despreciable mujer y eso la debería mantener calmada porque ni siquiera sabía que fue quien la estaba hundiendo en la desgracia o al menos eso pensó, bien lo decía su propio padre, no hay nada más peligroso que una mujer enojada.
- ¿A dónde vamos papi? – pregunta la pequeña emocionada.
- Es una sorpresa muñeca, una sorpresa – responde con la respiración agitada. Quien iba a pensar que se encontraría a los matones de esa mujer en el parque en donde solía llevar a su hija. Maldición. No se tentarían el corazón y lastimarían a su niña. Con decisión da la vuelta para entrar en la cafetería donde solía ir por su café todas las mañanas. Al parecer, nadie lo sigue.
Toma a la pequeña en brazos para no detenerse y se dirige directo al mostrador.
- Oh oh... hola señor Nihat, ¿qué hace por aquí hoy?
- ¡Hola! Perdóname por la prisa, necesito llevar a Sanem al baño – la amable mujer abre los ojos de par en par y le indica el camino corriendo delante de él. Como es un cliente frecuente, tiene algunos beneficios.
- Papi, no quiero ir al baño – le susurra Sanem en su oído.
- Es una broma – le susurra a la pequeña en respuesta con uno de sus dedos en los labios. La pequeña copia su movimiento y sonríe entrando con él. El baño del personal estaba justo a un lado de la oficina donde se encontraba un teléfono, justo lo que necesitaba. Con precaución entra y hace la llamada.
- Hola – contesta una tierna voz infantil.
- Hola mi amor, ¿dónde está mama?
- ¡Papi! – grita la niña emocionada.
- Si mi amor, soy yo, pásame a tu mama...
- ¿Ya me compraste mi paleta papi?
- Te comprare las que quieras, ve busca a mama y dile que soy yo y quiero hablar con ella...
- ¡Si papi! – la niña emocionada corre escaleras arriba en la enorme casa. Está tan contenta de obedecer a su padre que olvida rápidamente que su mama no la dejo acompañarlo. Estaba bien, le gustaba jugar con su amigo Osman, era el único niño que quería jugar a las princesas con ella.
- ¡Mami! – le grita llegando al segundo piso. Se escuchan voces así que apresura el paso y para cuando llega la cosa más rara está pasando, es el papa de Osman besando a su mama.
Eso no estaba bien. Solo su papa tenía permitido besar a su mama. Se queda atrás sin saber que hacer, eso no está bien, ¿o sí?
- Mami...
- ¡Vuelve abajo Leyla! – le grita su madre sin darse cuenta que esta escondida y la ha descubierto.
- Pero mami, es el teléfono... papa...
- ¡VUELVE ABAJO LEYLA! ¡¿Quieres que te castigue?! – la pequeña se queda mirando al frente hasta escuchar los pasos de su madre que se acerca a la puerta. Sin pensarlo regresa corriendo a las escaleras.
