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Han Jisung, 12 años.
Jisung regreso de la escuela a su hogar. Avento su mochila al suelo y fue en dirección al cuarto de Mark donde suponia que estaba escribiendo canciones. Toco tres veces hasta que escucho un "Adelante hijo".
―¿Papá? ―se asomo un poco una vez abrio la puerta.
―¿Qué pasa Sunggie? ―Mark se quito los audifonos y se alejo de su escritorio
Los ojos del pelinegro se llenaron de lagrimas. Eso fue sufiente para que Mark saliera de la habitación y se sentaran en la sala para abrazar a su hijo.
―¿Volvieron a molestarte? ―pregunto el mayor.
―... Si ―murmuro escondido en el pecho de su padre.
―Hablare con la escuela, de nuevo.
Jisung nego.― Eso lo empeora
―¿Quieres... Volver a cambiar de escuela?
El pelinegro volvio a negar― No sirve de nada, siempre es lo mismo. Nunca hago amigos, todos me miran como si fuese lo mas repugnante... Me miran como mi padre lo hacia.
―No lo eres. ―acaricio su cabello― Te aseguro que no eres nada de lo que ellos dicen de ti.
―Lo siento ―se disculpo entre lagrimas.
―No Sunggie, no tienes que pedir perdón ―recosto su cabeza en la de su niño.
―Si yo no estuviera... ―hipó― Si yo no existiera entonces tu no tendrias que estarme cambiando de escuela y lidiar conmigo
―Oye ―fruncio el ceño y miro a los bonitos ojos de Jisung―. No vuelvas a decir algo como eso ¿esta bien?. Tu no eres un problema para mi, yo amo cuidar de ti, amo tenerte conmigo.
―La abuela Han dice que solo te doy problemas ―sollozo.
―No es verdad ―sus ojos se llenaron de lagrimas. Odiaba que su pequeño tuviese que cargar con todas esas cosas feas que no merecia.―, tu jamas me causaste ni me causaras problemas. Yo te traje conmigo porque adoro tu compañia. Eres como mi hijo y un padre siempre cuida de su hijo
―... ¿En serio? ―pregunto con ojos brillantes.
Mark asintio.― Siempre cuidare de ti. Lo prometo.
―Quiero quedarme por siempre contigo, papá
―Y no dejare que nos separen ¿bien? ―sonrio besando la frente del pelinegro.
Jisung seco las lagrimas de Mark.― ¿Te gusta... El color de mis ojos? ―pregunto con temor
