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Han Jisung, 18 años.
La abuela Bae habia enfermado mucho mas, ahora dando sus ultimos minutos postrada en una cama, con su familia presente.
―Sunggie ―susurro aun con una sonrisa y la mano de su nieto entre la suya
―¿Si, abuela? ―pregunto con voz entrecortada pero dandole su mejor sonrisa a la mayor.
―Digan lo que digan... Eres el chico mas~ lindo que pueda existir para nosotros... Eres la felicidad de esta familia ¿lo sabes? ―murmuro
Jisung asintio dejando caer algunas lagrimas.
―Nada de esto es culpa tuya. ―con su mano temblando acaricio la mejilla regordeta de su unico nieto― Se que te haran creerlo, porque la gente es cruel y lo mejor que hace, aveces, es hacer sentir mal a otros. Por eso escucha Sunggie... Tu no tienes nada que ver en esto, las cosas pasan y la vida acaba. Por favor no cargues con algo tan doloroso ¿bien?
―Bien ―respondio bajando su mirada y secando sus lagrimas.
―Mark ―miro al hombre quien tenia sus ojos y mejillas rojas por el llanto―, cuida hasta el final a mi nieto... Eres un gran padre... Me siento feliz por el camino que has llevado a Jisung... Irene estaria orgullosa ―solto una pequeña risa cansada.
―Claro que si ―asintio―, siempre sera mi prioridad. Cuidare de él, lo prometo.
―Sung, tienes a esta pequeña familia que te ama, siempre la tendras, aunque uno se vaya una parte se queda contigo. Yo seguire contigo, asi como tu madre. Por favor ama tu hermoso ojito bicolor ―sonrio―, te aseguro que es un gran encanto tuyo.
Jisung solo asintio, sintiendo un nudo en su garganta.
―Eres la luz de este pequeño hogar ―susurro cerrando sus ojos.―, tu abuelo seguira contigo así que no lo dejes solo todo el tiempo... No dejes que se deprima mucho ¿esta bien?
El pelinegro volvio asentir tomando la mano de su abuelo. Ambos se miraron con ojos cristalinos.
Una hora después, la abuela Bae fallecio sin dolor, con una sonrisa en el rostro mientras sus manos sostenian la de Jisung y su esposo. Luego de mucho el llanto se hizo presente. Jisung sentia miedo, miedo de perder su hogar por completo ahora.
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