Persecución 🔪

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Tyra es quien iba conduciendo el auto mientras David se comunicaba por radio con el resto de las patrullas que les estarían dando apoyo en el arresto del nuevo – y aparentemente verdadero – culpable.

—Demonios, ¿es que esta lluvia no va a parar nunca?

El limpiaparabrisas estaba a la máxima velocidad, pero incluso así, era difícil ver a través de la cortina de agua que caía constantemente.

—Espero que no mates a un cristiano —se burló.

—Es precisamente por eso que la que va manejando soy yo. Tú ya habrías matado a más de uno.

—¿Ya me vas a explicar a dónde vamos y a quién vamos a arrestar?

La mujer soltó un largo suspiro y comenzó a explicarle a su compañero lo que había descubierto momentos atrás y cómo esos últimos detalles habían sido la cereza en el pastel para dar con el verdadero asesino.

—Tienes razón —en ese momento estaba revisando su celular —, Martínez estuvo llamando, pero como lo tenía en silencio ni siquiera me di cuenta.

—Nunca debes poner en silencio tu celular, mucho menos cuando estamos en medio de un caso.

—Discúlpame por haber estado tan enfocado en obtener una confesión de nuestra principal sospechosa. No quería que nadie ni nada me interrumpiera.

—Ahórrate las disculpas para la próxima vez que veas a esa chica, ella sí que las merece —le dirigió una mirada rápida.

El detective hizo una mueca mientras intentaba observar el camino por el que iban. Cerca de veinte minutos después llegaron a su destino. Tyra se estacionó a la vuelta de la calle, las patrullas hicieron lo mismo. No querían alertar a nadie de que estaban a punto de arrestar a alguien.

Acompañados de varios policías, procedieron a acercarse hasta la vivienda marcada con el número 512. Los oficiales comenzaron a rodear la casa para asegurarse de cubrir cualquier posible vía de escape.

Esta vez procedieron diferente a como lo habían hecho con la asiática. No hicieron ningún llamado por megáfono, tampoco había reporteros alrededor, muy probablemente porque la lluvia los había atrasado, pero en cualquier momento podrían estar llegando.

—La parte trasera está despejada. No se mira nada sospechoso —comentó uno de los policías.

—En la planta alta no se ve ninguna luz, ¿habrá alguien en casa? —preguntó Tyra.

—Escuchamos ruidos provenientes de la planta baja, es posible que sea un televisor encendido — volvió a hablar el mismo oficial de la primera vez.

—Acerquémonos a ver —comentó esta vez Popkins.

Cuidando de no hacer mucho ruido, se acercaron a la entrada principal. El hombre pegó su oreja a la puerta en un intento de escuchar algo. Efectivamente, el sonido de la televisión se podía escuchar, pero nada más. Las cortinas de las ventanas cubrían completamente el interior del inmueble.

—Bueno, es hora de tocar el timbre. Ustedes — Popkins señaló a varios oficiales —, manténganse alerta de cualquier movimiento. Podría intentar escapar.

Una vez que todos estuvieron en sus posiciones, el detective oprimió el timbre. El sonido se escuchó por toda la casa, pero no hubo una respuesta.

De pronto, el maullido de un gato proveniente de la segunda planta comenzó a escucharse. Con las linternas que llevaban los policías, alumbraron las ventanas en busca del felino. En una de ellas se podía apreciar a un gato que estaba sentado a la orilla, observándolos desde lo alto.

Prom QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora