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"¿Cuánto tiempo ha pasado, Dannie? Cada momento contigo se convierte en un preciado recuerdo para mi. Detesto el inevitable momento en que te vas, odio cuando llega la hora de despedirnos. Pero siempre nos encontramos de nuevo, fundiéndonos en un abrazo que parece sellar todos los instantes que estuvimos separados.

Amo verte feliz, con esa sonrisa que ilumina mi mundo cuando leemos juntos en la oscuridad de la noche, compartiendo palabras y sueños. Adoro observarte en paz mientras duermes, sintiendo una calidez profunda al saber que estás a mi lado, segura.

¿Me amas con la misma intensidad con la que te amo yo a ti? Me pregunto si en tu corazón late la misma pasión, si en tu alma habito como tú habitas en la mía."

—Deseo tanto poder ejercer mi carrera pronto, cada vez estoy más cerca de la meta —dijo ella con una chispa de emoción en los ojos, mientras terminaba de acomodar la mesa donde antes estaban sus tareas.

—Lo sé, y vas a ser increíble en eso —respondió Joe desde el marco de la puerta, con una sonrisa.—Los niños te adoran, Dannie.

Su mirada se desvió hacia él. Joe la observaba con una mezcla de adoración y picardía, y ella lo notaba, aunque prefería hacer como si no lo hiciera.

—¿Qué tanto me miras? —bromeó ella, con una sonrisa juguetona.

—Lo suficiente como para saber que eres lo mejor que me ha pasado —respondió Joe con sinceridad.

En lo más profundo de su corazón, Joe estaba ganando un espacio especial. La forma en que la cuidaba, la protegía y la adoraba era todo lo que ella había deseado, pero sin los engaños, sin los golpes e insultos que había soportado en el pasado. Sentía una necesidad cada vez mayor de estar con Joe, de aferrarse a él y no soltarlo.

—Eres mi salvador, ¿lo sabías? —murmuró ella, mirándolo con cariño y agradecimiento.

Ella se sentía segura en su presencia, como si finalmente hubiera encontrado un refugio en medio de la tormenta de su vida.

—Solo deseo verte feliz.—respondió Joe, acercándose a ella y envolviéndola en un cálido abrazo.

—Te amo, Joe.—Susurró ella, sintiendo la calidez de su aliento en su piel.

¿Realmente lo amaban? Era una pregunta que resonaba en su mente, una pregunta que nunca antes se había permitido hacer. Para él, el amor siempre había sido un concepto abstracto, algo que veía en las películas o leía en los libros, pero que nunca había experimentado por sí mismo.

Había conocido la pasión, la atracción, pero el amor... eso era algo nuevo, algo desconocido y, a la vez, emocionante.

Por un momento, pensó que todo esto era un sueño, una ilusión fugaz que se desvanecería en cuanto abriera los ojos. Pero al mirar a la persona que tenía frente a él, esa duda se disipó. Los ojos de ella brillaban con sinceridad, con una intensidad que no podía fingirse.

Sin embargo, ¿cómo podía estar seguro de lo que sentía? Él mismo no entendía del todo lo que era el amor. Era difícil de creer, para ambos. Ninguno de ellos sabía realmente lo que era el amor.

—Yo también, Dannie.

Sus labios se encontraron en un baile delicado y apasionado, como si estuvieran comunicando en un idioma que solo ellos entendían. El corazón de ella latía con fuerza, como queriendo escapar de su pecho, mientras sus manos se aferraban a los hombros de Joe, como si quisiera fundirse con él.

Ella se dejó llevar por la calidez de su aliento, por el dulce roce de sus labios que parecía encender una chispa en lo más profundo de su ser.

Los besos se hicieron más intensos, más apasionados, como si estuvieran tratando de expresar con cada movimiento lo que las palabras no podían decir.

El tiempo pareció detenerse mientras estaban perdidos el uno en el otro, como si el mundo entero desapareciera y solo quedaran ellos dos, unidos por el lazo del amor.

Cuando finalmente se separaron, quedaron mirándose el uno al otro con los ojos brillantes de emoción. El beso había sido más que un gesto físico, había sido una declaración de amor.

꒷꒦꒷꒦ 🔪꒷꒦꒷꒦

Después de pasar la noche juntos, entre caricias, palabras, besos y suspiros llenos de placer, Dan se refugió en los brazos de Joe, sintiéndose amada, tan amada que comenzó a sentir que era una mentira.

—¿Ha cuantas mujeres amaste antes que a mi?—preguntó Dan en un susurro, su voz apenas un murmullo en la tranquilidad de la habitación.

Joe la abrazó con más fuerza, como si pudiera protegerla de sus propias dudas.

—Muy pocas en realidad.—respondió, su voz suave y reconfortante.

"¿A qué vienen esas dudas? ¿Crees que seré igual que él? ¿Que te engañaría por alguien del pasado? O ¿me atrevería a tocarte sin tu consentimiento? No soy una mala persona, no me gusta lastimar a los demás, pero por ti... por ti sería capaz de hacer cosas que nunca creí posibles. Sería capaz de convertirme en un monstruo si eso significa protegerte, destruir a quienes te hagan daño."

—Es solo que... después de todo lo que he pasado, es difícil creer que esto sea real —confesó, sintiendo un nudo en la garganta.

Joe acarició su cabello con ternura, su tacto era reconfortante y cálido.

—Entiendo. Pero lo que tenemos es real, Dan. Lo que sentimos el uno por el otro es real. No importa lo que hayas pasado antes, estamos aquí ahora, juntos, y eso es lo que importa.

Dan se aferró a las palabras de Joe, queriendo creerlas con todo su ser. Pero la voz de la duda seguía susurrando en su mente, recordándole los errores del pasado, las decepciones, los corazones rotos.

—No quiero arruinar esto, Joe. No quiero perderte —murmuró, su voz temblorosa.

Joe la atrajo aún más cerca, como si pudiera fusionarse con ella.

—No vas a perderme, Dan. Estoy aquí, y no me iré a ningún lado. Prometo estar contigo, pase lo que pase.

"Siempre estaré contigo."

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⏰ Última actualización: Apr 23 ⏰

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It's always you |Joe Goldberg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora