Dulce Obsesión ; Taennie

29

Las horas habían pasado y ya tenía puesto un traje que uno de los guardias había recibido de mi prima.

Faltaba media hora para que el juicio comenzara, yo tenía puesto un traje negro que un guardia había recibido de mi prima, estaba en la celda en la espera de que mi juicio comenzara.

— Ya es hora Kim —me dijo el sargento. Abrió la celda y yo caminé hasta quedar frente a él.

— ¿Cree que tenga posibilidad de no volver aquí?

El sonrió por lo bajo y me hizo caminar unos cuantos pasos hasta entras a una oficina.

— Lo veo un poco difícil niño, pero tal vez me equivoque.

— Cualquier cosa, si me quedo podríamos llevarnos muy bien —mencioné divertido y el hombre soltó un bufido también divertido.

— Ya lo creo TaeHyung —. Palmeo mi hombro y unos hombres entraron a la habitación, me pusieron las esposss como si fuera un criminal.

Pero claro, a los verdaderos los dejan hacer y deshacer todo lo que quieran, pero a las personas que no se lo merecen los tratan como si de basura fuera. Maldita sociedad que se cree moralista. Mierda, de verdad quiero salir de esto.

¿Diosito? Si de verdad existes, te prometo... no, te juro que voy a comportarme. Jamás volveré a ser impulsivo e iré a la iglesia... bueno, tal vez eso no.

Comenzaron a llevarme hacia el juzgado y creo que estaba tan distraído que sentí que habíamos llegado a toda velocidad.

Una puerta de madera se abrió y me empujaron levemente para que entrara, todo el mundo se puso de pie, ya que el juez a cargo entraba por otra puerta.

Mientras caminaba hacia la mesa pude ver a mi prima y a Jennie sentadas detrás del hombre que sería mi abogado. Kim NamJoon.

Mi fiel abogado, quizás RyeoWook se apiadó de mi y lo envió.

Al otro lado estaba JongIn sentado junto a su abogado. Sonreí para mis adentros al ver el estado en el que estaba, fue gratificante verlo así.

Eso significa que yo no había pasado una noche dentro de aquella cárcel en vano.

Me giré a ver si mis amigos estaban ahí y los dos estaban a los lados de las féminas de mi prima y Jennie. JiMin mantenía una gran sonrisa y sus pulgares levantados, mientras JungKook sonreía nervioso y saludaba con su mano con timidez, le guiñé un ojo a modo de saludo.

— Comencemos esto —habló el juez. Empecé a mover mis dedos en la mesa de manera creando un sonido seco y apenas imperceptible. El juez sacó unos lentes y empezó a leer un papel.— El acusado, Kim TaeHyung, diecinueve años. Es acusado por atentado físico al señor Kim JongIn. Pido a los abogados acercarse al estrado.

Nuestros abogados se levantaron y se saludaron con una leve reverencia. Volvieron sus vistas al frente y dijeron algo en voz baja, NamJoon se volvió a sentar y me quitaron las esposas.

— ¿Crees que salga? —pregunté en voz baja.

— Si creen en la señorita Kim y tú no te revoloteas, pues si.

— ¿Y qué ella dirá? —pregunté intrigado. NamJoon solo sonrió. Me giré a verla y chocamos miradas por microsegundos hasta que ella la apartó.

Ella no es solo mi perdición también es la que le deberé mi libertad ¡Increíble!

— Llamo a declarar al señor Kim JongIn —habló su abogado, puse mi mejor cara neutral, pero por dentro quería ahorcarlo con mis propias manos. Se paró y se acercó al lugar, cojeando.