Sonreí y arranqué la moto. Me dio la dirección de JongIn, y y muy desgraciado vive a unas pocas
cuadras de mi departamento. Llegamos y frené frente a una gran casa. Reí por lo bajo. El imbécil
aun vive con sus padres, no puedo creerlo.—¿Vive con sus padres?—le pregunté mientras
ella se bajaba de la moto.—Si—respondió y una sonrisa pequeña apareció en sus labios, y al darse cuenta de su acción dejó de sonreír.—Es solo hasta que se encuentre algo que le guste para vivir.
—Si, seguro lo hace.
—Puedes irte, no hace falta que me esperes, no sé a
que hora terminaré.—No gatita, ve tranquila, pero aquí me quedaré. Se lo prometí a tu madre...
Me miró con cara de fastidio.
—¿Acaso no tienes nada mejor que hacer?
—Por hoy no.
Giró sobre si misma y caminó a grande zancadas hasta la puerta de la gran casa que estaba frente a mí. Reí divertido y vi como desaparecía detrás de la у puerta. Solté un suspiró y miré a mi alrededor.
Había un Starbucks a menos de una cuadra. Dejé la moto y fui en busca de un delicioso frapuchino. Me quedé sentado en una de las mesas, perdiendo un poco de mi tiempo.
¿Cuánto tiempo creen que estará allí dentro la morena? ¿No mucho, verdad?
Luego de estar una hora allí sentado, me puse de pie y volví hacia mi moto. Me apoyé sobre ella, sin dejar de mirar hacia la puerta. Miré mi reloj, ella aún no salía. Tomé un cigarrillo y lo prendí para poder fumar tranquilo.
Sentí como algo vibraba en mi bolsillo, me sobresalté un poco y me di cuenta de que era mi celular. Lo tomé y miré la pantalla. No sabía quién era, pues no tenía agendado su número.
—¿Hola?
—Hola TaeHyung—me respondió una chica. Fruncí el ceño al no reconocer quien era.
—Hola... de nuevo.
—SeolHyun idiota, soy SeolHyun.
¡Mierda! ¿Para qué contesté?
—Ah, tú... ¿cómo te va—pregunté desviando mi mirada hacia la puerta frente a mi.
—¿No me tienes agendada en tu celular?—preguntó.
—Si, solo no me percaté del nombre a la hora de atender—mentí y escuché un pequeño 'ah'.
—Bueno, no importa. ¿Dónde estás?
—Por ahí.
—TaeHyung ¿Qué tengo que hacer para que vengas a hacer de una buena vez el maldito trabajo de contaduría?
—¿Cuál trabajo?—pregunté confundido.
—¡El trabajo que nos mandaron a hacer de a grupo!
—Oh, si ese trabajo—dije al recordarlo.
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Dulce Obsesión ; Taennie
Hayran KurguDO | Mis defectos según ella: -Eres impulsivo, cínico, irrespetuoso algunas veces, mujeriego, egocéntrico, narcisista, vicioso, ninfómano-mencionó todo corrido sin respirar...- ❛Yo podré ser todo eso. Pero ella eso todo eso y muchas cosas más. Ella...