20.- Siempre estoy contigo

224 19 5
                                    

Adrianne

Cerré los ojos por fin y empecé a quedarme dormida, después de un rato empecé a sentir algo muy extraño, eran como unas leves caricias en la mejilla, eran casi imperceptibles, pero las sentía, quería abrir los ojos pero no podía, no sabía si estaba en ese pequeño trance de cuando estás entre dormido y despierto, pero sentía que alguien acariciaba mi cara.

Ella solía acariciarme así...

Escuché que tocaban a la puerta, lo que me hizo abrir los ojos de golpe, me tallé los ojos y efectivamente nadie estaba conmigo, supongo que estaba empezando a soñar, me tapé la cara con la cobija ya que ahora la luz era más fuerte. Intenté ignorar los golpes en la puerta, en algún momento se cansarán y se irán, volví a cerrar mis ojos, pero seguían insistiendo en la puerta.

¡Pero quién demonios es!

Me levanté del sillón tropezando con todo lo que había, llegué a la puerta, la abrí y pude ver a mi abogado y al investigador

—Buenos días señorita Spencer.

—Buenos días

—¿Podemos pasar? —Dijeron al ver que mi intención no era moverme de la puerta.

—Sí, adelante, pasen. —Supongo que al entrar pudieron percibir el mal olor de mi casa, pero la verdad es que no me importa en lo absoluto.

—Lamentamos venir así, tan temprano, pero es que hemos intentado comunicarnos con usted y no responde al teléfono, así que decidimos venir ya que es algo importante.

—¿De qué se trata? ¿Los encontraron? —Pude sentir como mi corazón empezaba a latir muy rápido.

—Hemos estado investigando, tratando de encontrar alguna pista de quiénes son, de dónde eran, qué era lo que estaban haciendo y dimos con qué vendieron la camioneta en un lugar donde venden autos semi nuevos.

—La vendieron ilegalmente, sin papeles, estuvimos hablando con las personas que trabajan ahí y nos dieron un poco de información, ya que no pueden venderla si no tenían una identificación, al parecer tenemos el nombre de uno de ellos y una dirección. —Toda esa información me descolocó un poco.

—Okey y... ¿Cuándo irán a buscarlos?

—Esta tarde, tenemos la dirección de una casa, tenemos una orden así que iremos por ellos para ir a interrogarlos, pero... necesitamos que usted vaya a identificarlos.

—¿Qué?

—Tiene que verificar que sean ellos, en cuanto estemos en la fiscalía le llamaremos.

Les di las gracias y se fueron, quería que los atraparan y los hicieran pagar, pero nunca se me ocurrió que tenía que verles las caras nuevamente.

Empecé a sudar frío y mis manos a temblar, fui a la cocina para tomar una copa de vino, pero la cocina estaba limpia, busqué en los estantes una botella, pero no había nada.

¡Maldita sea, Hudson!

No iba a poder ir a la fiscalía sola, tomé el teléfono y busqué el número, esperaba que me contestara, se escucharon tres tonos y después contestó.

—¿Dri?

—Keyla, necesito que me acompañes, hoy... hoy vinieron el abogado y el investigador... creen que los encontraron, pero, quieren que vaya a reconocerlos, pero... no puedo hacerlo sola Keyla...

—Oye tranquila, ahí estaré. ¿De acuerdo? Salgo del trabajo y voy para tu casa para irnos a la fiscalía.

—Gracias Keyla.

Without youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora