Epílogo

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Una vida después

Por fin, después de un buen rato dando vueltas por el lugar equivocado llegué casi corriendo al bar porque ya era muy tarde y también estaba empezando a llover y no quería mojarme. Por suerte había llegado antes de mojarme lo suficiente para resfriarme.

Entré y con la mirada visualicé la mesa donde se encontraba mi amigo Paul, conforme me iba acercando me di cuenta de que había más gente en la mesa, obviamente no reconocí a nadie porque era prácticamente nueva en el lugar.

—¡Ey! ¡Por aquí! —Estiró sus brazos para que lo viera bien, algo nerviosa me acerqué a ellos —¿Por qué tan tarde? ¿Dónde estabas?

—Lo siento, es que no encontraba el bar. —Me disculpé a penada, siempre que llegas tarde a algún lugar todo el mundo se da cuenta y es algo vergonzoso.

—Mira, quiero presentarte a mi amiga. —Seguía un poco alejada de él, así que me tomó del brazo y me jaló un poco para que me acercara más.

Una chica se puso de pie y con una gran sonrisa se abalanzó sobre mí y me abrazó muy fuerte, como si nos conociéramos de toda la vida.

—Hola cómo estás, soy Keyla. —Saludó con una gran sonrisa cuando se alejó de mí.

—Hola mucho gusto, yo soy Janet.

—Chicos —Dio dos fuertes aplausos y todos los que estaban sentados en la mesa dejaron de platicar y voltearon a verla... o a verme —les presento a Janet, la amiga de Paul.

Que todos voltearan a verme al mismo tiempo me puso más nerviosa de lo que ya estaba, me presentó a todos los que estaban en la mesa, uno por uno diciéndome sus nombres, todos me saludaron y les devolví el saludo.

—Por favor siéntate, el Show esta por empezar —me lo dijo bastante emocionada.

—¿Es famoso?

—Aún no, pero pronto lo será, de eso estoy más que segura, ella es genial. —Volteé a ver algo confundida a Paul.

—Es su amiga, se presenta todas las noches en el bar, y tiene razón, es bastante buena. —Dijo Paul acercándose a mí y hablando en susurros.

Las luces se apagaron de repente y solo quedó iluminado el escenario. Pequeños puntos de luz se dejaban ver, podrían parecer estrellas.

—Damas y caballeros, con ustedes, Adrianne —dijo una voz que no supe de donde salió, Keyla se levantó de la silla de golpe y empezó a gritar, silbar y aplaudir muy emocionada.

Una chica con guitarra en mano salió detrás de la oscuridad y un pequeño reflector le iluminó el rostro.

—Hola —se sentó en una silla frente al micrófono, acomodó su guitarra y la recargó sobre sus piernas y sin quitar la sonrisa que tenía desde que salió al escenario habló. —Esperó lo disfruten.

Acomodó sus dedos y empezó a tocar una armonía muy linda de cuerdas y después a cantar.

¡Pero que voz más linda!

Creo que me hizo entrar en una especie de trance, ya que no podía dejar de verla mientras interpretaba su número, parecía que una luz destellante brotaba de ella, pero no eran los reflectores. Era ella. Su voz era realmente hermosa, la canción no la conocía, pero también es bellísima.

—Esta canción es para Keyla —dijo en medio de la interpretación, sonrió hacia su dirección y siguió tocando su hermosa melodía.

Keyla al escuchar su nombre se levantó y le mandó un montón de besos con sus manos, volteé a ver a Keyla y sus ojos brillaban. ¿De verdad son solo amigas? No lo creo, de ser así yo también quiero una amistad así.

Without youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora