Abuelita

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Me desperté agitada debido al gran grito de mi madre al llamarme, que buena mañana, no hay nada mejor que alguien gritándote al oído para levantarse de buen humor, mi madre me miraba a mi lado con el ceño fruncido y ¿a esta que le pasa? 


-Te he llamado tres veces, ¿cómo diablos consigues no despertarte? si hasta parece que estás muerta- yo la ignoré me levanté de la cama me desperecé y por fin me pudo la curiosidad así que me giré hacia ella -¿Qué ocurre?, ¿a qué se debe esa forma de despertarme tan cariñosamente como cualquier otra madre decente haría?-

 -Vístete, tienes que ir a visitar a tú abuela- Tan pronto como dijo esas palabras salió de mi habitación mientras mi mente procesaba la bomba que acababa de soltarme...¡OH DIOS QUE HE HECHO PARA MERECER ESTO! Mi abuela estaba loca, vivía sola en el medio del bosque en una vieja casa destartalada y cada vez que alguien pasaba por allí está ofrecía sus "deliciosas" galletas, y pobre aquel que comiera sus deliciosas galletas, eso ni se lo deseaba a mi peor enemigo y eso ya es decir. Y seguramente os preguntareis por qué no va mi madre en vez de yo... o bueno eso es simple mi abuela la odia, esta creé que la envenenará tan pronto como tenga ocasión, todavía recuerdo aquel día que mi madre decidió acompañarme y mi abuela salió de casa con una moto sierra en marcha y comenzó a perseguir a mi madre... por fortuna no sabe encender una moto sierra.

A partir de ese pequeñísimo incidente yo era la encargada de visitar a mi abuela cada cierto tiempo para asegurarme de que no quemó la casa o que esté persiguiendo a alguien con una sartén... o lo que es peor, que ofrezca las galletas.

Me dirigí con resignación hacia mi armario poniéndome lo primero que veo, un jersey, unos jeans y mi gabardina roja, adoro esa gabardina una vez acabo, bajo, desayuno y cojo una pequeña cesta de mimbre con la medicación de mi abuela y me dirijo cabizbaja hacia la puerta.



¿Acaso soy caperucita roja?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora