¿Acaso soy caperucita roja?

Un día horroroso y batidos

Se habían suspendido las clases.
Encontrar el cuerpo mutilado y lleno de zarpazos del profesor de química hizo que se desatara un caos.
Claro que yo no había visto su cuerpo, si no estaría en una esquina con un pequeño gran trauma.

Más tarde cuando por fin llego la policía fuimos informados que la muerte fue causada la noche anterior y seguramente por un animal salvaje.

Ahora, eso era extraño, ¿Que hacía el profesor a esas horas en el recinto?, además el animal debería haber sido muy grande, para hacer esas marcas en el cuerpo y ni siquiera había marcas de mordisco.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que cuando una mano toco mi hombro chille asustada.

-Me has dejado sordo- Evans estaba a mis espaldas, con una mueca en los labios.

-La culpa es tuya, ¿Qué clase de persona se acerca a alguien por la espalda?, creo que me quitaste una hora de mi vida-

- En realidad estuve llamándote, además quería agradecerte que encontraras a mi perro, así que... ¿Qué me dices si te invito a un batido como agradecimiento?-

Lo pensé seriamente... no lo conocía de nada, a lo mejor me secuestraba para vender mis órganos y hacer comida de perro con ellos... pero ese batido suena taan tentador, no podía decir que no a un precioso batido era anormal, así que me limité a asentir.

-Ahora que lo pienso... dijiste que habías estado llamándome, pero la última vez que nos vimos no te dije mi nombre, entonces ¿Como sabes cómo me llamo?-

-Oh, muy fácil, mi hermana es una gran amiga de Daniel así que ella se enteró y me lo dijo-
-Ah- no sabía que pensar de esto la verdad.

Da igual necesito un batido para olvidar este horroroso día.