CAPÍTULO 9

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Zoe Davis

—Imagínate que no me queda bien —dijo Scarlett preocupada en el asiento de copiloto.

—Te quedará genial.

—Igual ahora sí, pero el día de la boda no comeré nada.

—Te desmayarás.

—¡Pero si no, no me entrara el vestido! —exclamó estresada—. Ugh, si no es el vestido seguro que es otra cosa. Igual se me sale una teta en medio de la ceremonia.

Empecé a reírme. Tuve que aguantarme la risa porque estaba conduciendo. Pero, ¿de verdad mi amiga se estaba preocupando por si se le veía una teta?

—Scar —la llamé cuando conseguí parar mi risa—. Todo saldrá bien. Por eso vamos a probarte ahora el vestido, y te lo arreglarán. Miraremos todas las posibilidades para que ese día no pasé nada.

—Dios —se tapó la cara con las manos—. Estoy nerviosa.

Cuando llegamos a la tienda, aparqué fuera y fuimos directamente dentro donde ya nos esperaba Grace. Ellas dos ya vinieron antes, cuando yo todavía no estaba, y ya eligieron un vestido. Yo todavía no había visto su elección, pero estaba segura de que me iba a encantar. Ellas dos tenían más sentido de la moda que yo. Grace tiene una boutique...

—Hola, chicas —se levantó con dificultades del sofá.

—Hola, embarazada —la abracé—. ¿Cómo te encuentras?

—Como una vaca —sonrió.

—Estás preciosa, Grace —le aparté un mechón de pelo. Mi amiga estaba realmente guapa embarazada. Le sentaba genial.

—Chicas —nos llamó Scarlett, estresada—. Necesito vuestra ayuda.

—¿Qué pasa? —le preguntó Grace.

—Necesito que salga todo bien y este vestido quiero que sea único y que haga que Jake se quede sin palabras.

—Jake se quedará sin palabras —le aseguré.

—Ni siquiera has visto el vestido.

—No le hará falta verte con vestido para que se quede sin palabras...

La chica de la tienda llamó a Scarlett y empezaron a hablar de cosas del vestido. Medidas y esas cosas. Grace y yo nos quedamos en el sofá mientras mi amiga les decía su idea con el vestido. Y cuando se lo probó, la acompañamos a los vestidores y nos sentamos en dos sillones a la espera de ver a nuestra amiga con el vestido.

Cuando el vestidor se abrió, salió mi amiga vestida de blanco. Creo que me quedé sin palabras. Me quedé boquiabierta al verla tan preciosa. El vestido era...perfecto. Se le amoldaba como una segunda piel. Era sencillo , pero con unos detalles que hacían ver en ese vestido la personalidad de Scarlett.

Era un vestido que se pegaba a su cuerpo hasta la cintura, con un poco de escote que realzaba sus pechos y con algunos diamantes. Y cuando llegaba a su cintura, caía hacia abajo. Era de tirantes, finos como dos espaguetis. Casi no se notaban.

—¿Qué os parece? —nos miró nerviosa.

—Guau —dijimos las dos a la vez.

—¿Algo más?

—Estás preciosa.

—¿Pero me queda bien?

—Genial.

—Igual le puedo decir a la chica que mejor me cosa por aquí para...

—Para —me levanté y me acerqué a ella—. Ya te queda genial así.

REDAMANCYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora