CAPÍTULO 2

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Nathan Black

No esperaba que me fuera tan bien el campamento. Finalmente, conseguí colocarme primero de mi promoción, tras mucho esfuerzo.

Y no solo eso, en ese tiempo que estuve en el campamento, conocí a personas con mis mismos gustos, futuros, y que a día de hoy siguen siendo mis amigos.

Pero, tengo que admitir que no todo fue un camino de rosas. Por ese camino muchas veces se me hizo, sobre todo cuando pensaba en ella. Y eso me hizo cuestionarme si realmente había tomado la mejor decisión cogiendo ese avión después de que ella decidiera cortar nuestra relación. Igual tenía que haber ido detrás de ella, luchar por que lo nuestro volviera a ser lo que era. Pero no lo hice, yo me di la vuelta con el corazón en un puño, con lágrimas en los ojos que no me permití soltar hasta que estuve sentado en el asiento del avión. Y esa fue la última vez que la vi.

Pero, aunque muchas veces pensara en rendirme, siempre le estaré agradecido por haberme obligado, de alguna manera, a aceptar esa beca. Gracias a ello, ahora estaba viviendo mi sueño.

Y aunque los primeros meses fueron difíciles, conseguí superarlos. No puedo contar las noches que me quedaba tumbado en mi cama, mirando al techo y con el móvil entre mis manos, pensando en si llamarla o no. O en medio del entrenamiento, cuando me giraba hacia las gradas esperando verla allí. O en los partidos, cuando no había nadie con mi camiseta. O cuando estaba en medio de clase, no había ningún mensaje en mi móvil. Y me dolía saber que se había acabado.

Ni ella ni yo volvimos a hablarnos. Después de aterrizar, no podía llamarla porque necesitaba asimilar que todo acababa de cambiar. Necesitaba tiempo. Pero ese tiempo se fue alargando y al ver que ella tampoco me hablaba, dejé que ese tiempo se extendiera aún más hasta que pasaron cuatro jodidos años.

Y pensar que al volver del campamento tenía pensado llevar nuestra relación un paso más allá...

Aún recuerdo mis primeras semanas, porque aunque mi ánimo no fuese el mejor, todos los entrenadores estaban encantados conmigo. Y no tardé mucho en encontrar amistades que sabía que me duraría para siempre.

Conocí una noche, en el bar de la universidad, a Cassie y Devon. Ellos fueron mi apoyo allí dentro. Seguí manteniendo el contacto con Asher y Jake, pero dentro, únicamente tenía a ellos dos. Fuera seguiría teniendo a mis dos mejores amigos, más bien dicho, hermanos.

Sobre las carreras, no volví a pisar ninguna. Básicamente, porque ahora no me convenía que me pillaran metido en algo ilegal. Se montaría demasiado revuelo y podría acabar con mi carrera profesional como jugador de la NFL. Así que, por mucho que aún me encantara ese mundillo, me he conseguido mantener apartado. Sigo manteniendo contacto con Ethan y Connor, aunque ya mucho menos. Sé que siempre los tendré para lo que sea, pero al no tener nada en común, nuestra amistad se fue alejando. Ellos continuaron con su vida, encontraron trabajo y poco a poco también dejaron de ir a las carreras. Ya estábamos en otra etapa.

El poco tiempo que tengo entre entrenamientos y partidos, lo intentó pasar con mi familia y con mis amigos.

En definitiva, todos hemos ido madurando y ya no somos esos jóvenes que no tenían nada que pensar, solo querían pasárselo bien y no tenían apenas responsabilidades. Todos tenemos alguna responsabilidad, una vida que mantener y un futuro que luchar. Incluso muchos ya tenían empezada una familia.

Durante ese año, conocí a otras chicas. Nada del otro mundo. Ninguna me llenaba, solo volví a sentirme el antiguo Nathan, y me di cuenta de que no me gustaba nada cómo había sido en un pasado. Hasta ese momento me di cuenta de cuánto me había cambiado estar con ella.

REDAMANCYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora