Zoe Davis
Estas últimas semanas habían sido...Increibles. Yo seguía viviendo en mi apartamento. Pero me pasaba muchas noches con Nathan. Cada noche Nathan se ponía a leer un libro de los muchos que se había comprado sobre paternidad, embarazos, partos... Me vigilaba lo que comía y lo que no, si dormía las horas que debía, si estaba cansada o no.
Se pasaba todo el día enviándome mensajes.
Cuando digo todo, es todo.
Ojalá poder vivir con él, empezar a asentarnos para poder ir comprándole cosas a nuestro bebe.
Aún nadie lo sabía. Spencer pasaba a buscarme cada mañana si estaba en casa o me llevaba a casa después del trabajo. Ya me había hecho algún comentario de que tenía un brillo especial en los ojos. Tenía ganas de contárselo, pero quería esperarme a la segunda revisión para tener una prueba visual de que estaba allí. Quería tener la primera ecografía de mi bebe.
No quedaba mucho para eso. Apenas una semana.
También quedaba exactamente una semana para mi cumpleaños y no tenía ni idea de que quería hacer. La verdad, no me apetecía salir de fiesta. Igual podía hacer una fiesta en casa de papá, con barbacoa. Algo sencillo.
Si, seguro que eso era lo mejor.
Había demasiadas embarazadas como para irnos de fiesta. Grace estaba a punto de parir, Scarlett también había ido a su primera consulta. Su fecha estaba programada para el 15 de abril. Serían amigos desde nacimiento de nuestro hijo. Hablé con ella un día después de salir por primera vez de la consulta de la ginecóloga. Era la única que lo sabía aparte de Nathan, obviamente.
También me puse en contacto con la matrona. Se llamaba Rose y parecía bastante simpática. Me dio buenas vibras. Nos conoceríamos en una semana, así que ya decidiría si me gustaba o no en ese momento.
—¿Quieres venir? —le pregunté a Spencer por teléfono.
—No puedo, he quedado con alguien.
—¿Con alguien? —sonreí pícara.
—Sí, con alguien. No me preguntes porque no te voy a decir nada más.
—¿Chica o chico?
—No te voy a decir nada.
—¿Es una cita?
—Que no te voy a responder.
—Vamos, Spencer. Cuéntame.
—No.
—¿Y cuándo me vas a hablar de ese alguien?
—Cuando crea que debes saberlo.
—Voy a hacer como que eso no me ha ofendido.
—Lo siento, bonita. Te prometo que si merece la pena, te lo contaré.
—Vale, confío en ti. Quiero ser la primera en enterarme.
—Lo serás —noté sus sonrisa en esas palabras—. Me voy porque llego tarde.
—Está bien. Pasadlo bien.
Después de colgar, me levanté del sofá y fui hasta la nevera y me serví un poco de agua. No sabía muy bien qué hacer. Nathan estaba trabajando. Y mis amigas se habían ido a hacer una clase de yoga. Y eso que era tarde.
Me volví a tumbar en el sofá. Me había pasado la tarde leyendo sobre embarazos. Había momento en el que me asustaba. Pero entonces me ponía a ver videos de YouTube de las primeras horas de vida de las youtubers madres y se me pasaba.
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REDAMANCY
RomanceRedamancy: acto de amar a quien te ama. SEGUNDA PARTE bilogía Sempiterno Cuatro años sin verse. 12.066 km de distancia. Una boda, un reencuentro...Sentimientos y emociones...¿Amor u odio?