CAPÍTULO 13

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Zoe Davis

Ignoré a Nathan durante una semana.

Me sentía horrible.

Recibí una llamada de John Black esa misma noche. Y luego un mensaje de mi madre, o esa creía. Nunca tuve agregada a mi madre.

La llamada fue básicamente demostrarme que tenía a mi hermano cogido por los pelos y que solo tenía que hacer una llamada para arruinarlo. Y no me podía permitir eso. Acababa de casarse, tenía una hija y estaba muy feliz.

No ignoré a Nathan porque quise. Necesitaba tiempo para pensar qué hacer con las amenazas de su padre. No quería perder el tiempo con Nathan. Ya había admitido que me había estado engañando todo este tiempo.

Pero antes, tenía que pensar que hacer.

Cuando llegó Spencer se lo conté todo. Y, obviamente, se pasó conmigo muchas tardes buscando qué poder hacer. Llamé a abogados para que me dieran su opinión, que en este caso parecía todo apuntar a que yo ganaría si guardaba todas las pruebas de las amenazas. Spencer me dijo que igual era buena idea contarle a mi padre, pero no quise. Papá ya tenía suficiente con su enfermedad y la quimio. Y Nathan de momento no era una opción porque sabía que iría directamente a su padre y si nadie lo paraba, le arrancaría la cabeza. Y no era ese el plan.

A mitad de semana me llegó un mensaje de Nathan. Era una invitación a una casa rural para pasar el fin de semana de su cumpleaños. Por esa razón estaba en el coche junto con Spencer. Mi amigo condujo mientras yo cantaba y él hacía los coros. La verdad, la única persona que me distraía de todo era mi mejor amigo. No sé que haría sin él.

No estaba segura de si debería ir al cumpleaños, pero después de muchas horas, decidí que no podía perderme un día importante como este. Era la primera vez que íbamos a celebrarlo juntos desde que nos conocíamos. Antes de que se fuera no tuvimos tiempo a celebrarlo. El mío tampoco lo llegamos a celebrar...

Así que, no era una opción quedarme en casa.

Cuando llegamos a la casa rural, aparcamos junto a los coches de los demás. La casa era muy rural, de piedra, con un jardín grande y una piscina. Estaba perdida por el bosque, cosa que era bastante alucinante. Estábamos rodeados de árboles, aunque teníamos un pueblo a apenas unos minutos. Spencer sacó nuestras maletas y empezó a caminar hacia la puerta de entrada, teniendo algunos problemas ya que el suelo estaba lleno de piedras y se encallaban en las ruedas, haciendo que costara tirar de ella.

Acabamos  llevándolas a cuestas mientras reíamos.

—¿Hola? —pregunté en cuanto abrí la puerta.

—¡Zoe! —apareció Grace en bikini y su barriga enorme.

Me envolvió en un abrazo y me sonrió. Nos guió hasta la puerta que llevaba al jardín. Estaban todos en la piscina. Saludé con la mano a los que estaban metidos en el agua y luego busqué a Nathan con la mirada.

—Están encendiendo una barbacoa allí para cenar—me señalo entre unos árboles. Estaban Jake y Nathan al lado de una barbacoa.

—Zoe, métete con nosotros —me dijo Steve con una sonrisa.

Tyler y Steve habían conseguido sacar tiempo de sus trabajos para venir a pasar el fin de semana con nosotros. Más bien dicho con Nathan, que era el cumpleañero.

—Ahora vengo, voy a cambiarme.

—Te esperamos.

Asentí antes de entrar a la casa. No tardamos en dejar las maletas donde nos indicó mi amiga. Había muchísimas habitaciones, así que Spencer y yo elegimos unas que estaban juntas. Me encerré en la habitación y tiré la maleta en la cama para buscar el bikini entre la ropa.

REDAMANCYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora