Cap 11

598 34 0
                                    

Nunca llegué a pararme a pensar el dolor que llegaría al sentir al despedirme de mis amigos. Ni siquiera que fuera capaz de llorar en aquellos momentos. 

Tuve que abrazar a hermione demasiado fuerte para poder impregnar al menos su olor en mi ropa. 

-Te echaré tanto de menos- aún seguía sin soltarla. 

Ella también lloraba pero no te la misma manera que yo. Harry y Ron se mantuvieron a un lado, algo alejados. 

Debíamos marcharnos antes de tiempo y eso me jodía bastante. 

Lake se sitúa a mi lado, no se ha separado en ningún momento. 

Sam nos grita para que nos vayamos con el y Lake debe tirar de mi. 

-escríbeme- le grite.

Vi a Viktor a lo lejos y lo último que me pudo entregar es un trozo de pergamino. Se marchó con sus amigos y yo continué mi camino junto a mi grupo. 



Al menos había llorado un par de veces durante todo el recorrido, pero teniendo a Lake a mi lado supongo que ayudaba un poco. 

Para cuando llegué a casa nadie me esperaba. 

Tomé mis cosas y las subí por las escaleras. Había un pasillo y mi puerta estaba al fondo de este. La abro y mi sorpresa es que nada ha cambiado. La cama está hecha y todos los demás muebles en su sitio. 

-pensábamos que te sentirías más comoda de esta manera- una voz aparece justo por detrás asustándome, pero es mi hermana pequeña. 

-Te he echado de menos- la abracé mientras le besaba la cabeza. Ella río y se separó. 

-Mamá está en la compra, no creo que tarde. 

Nunca me llevé bien con ella, pero supongo que lo único que compartimos es la sangre.

-Te dejaré terminar ¿te apetece comer algo?.

-No tengo hambre ahora, supongo que más tarde. 

Ella asintió y se marchó escaleras abajo supongo que al salón. Abro la bolsa con mi ropa y la meto en los cajones al lado de mi cama. 

Muchos recuerdos llegaban a mi mente, pero la mayoría eran un desastre a decir verdad. 

Vivir en esta casa, estar en esta casa no era un desastre...era un caos. 

-¡¿Donde está?!- los gritos ya habían comenzado. 

Mamá subía por las esclaeras corriendo y directamente abrió la puerta. Yo aún estaba terminando de guardar las cosas cuando me pegó una bofetada  sin previo aviso. 

-¿como te atreves a volver?- sus ojos estaban como platos, podía ver a la perfección su color y como su pupila se dilata. 

-Mamá cálmate...- mi hermana estaba por detrás sujetando el brazo de mamá, pero no hizo caso. 

-responde

-no te preocupes, no estaré mucho tiempo- respire profundo - ni siquiera notaras mi presencia. 

Así era mi vida, todo discusiones ¿y por que?, no lo se. 


AUTORA: se que este capítulo es demasiado corto, pero trataré de alargar el siguiente para compensar.

Mi búlgaro favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora