✨✨EL DESEO✨✨

✨19✨

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Gustabo entro a la habitación de Horacio un poco preocupado aun,lentamente, observandole con parsimonia,como este dormitaba con una completa paz.

Haci que Gustabo decidió tomar un asiento cerca de la camilla de Horacio, acercarla y sentarse al orilla, mientras sujetaba con amor la mano de su amado.

-Alfin puedo tocarte, sentir tu suave piel, tambien podremos abrazarnos, sentir tu calor, y todo gracias a que ya no estas bajo la condision de tu deseo,por eso tienes que despertar bebe,dijo Gustabo en un susurro,mientras dejaba un pequeño y tierno beso en el dorso de la mano de Horacio.

Para después quedar dejandole tiernas caricias con su dedo pulgar, mientras se acomodaba de manera que su cabeza y brazos quedaran apoyados en la camilla, aun sentado en la silla junto a esta.
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Luego de varios minutos Horacio desperto lentamente, con su mirada un poco encandilada por la luz.

No sabia donde se encontraba, causandole un poco de nervios y ansiedad.

Quiso moverse, pero una punzada en su espalda y costillas lo detubo.

Giro su cabeza hacia un lado, para ver un poco su entorno.

Y alli lo vio, a Gustabo, su Gustabo, sentado al orilla de el tomandolo fuertemente de la mano, entrelazando sus dedos, con su rostro recostado en la camilla durmiendo.

Haciendole sentir nuevamente aquella agradable sensacion de calidez y proteccion que solo Gustabo causaba en el.

-Gu-Gustabo?, pregunto Horacio con su voz un poco quebrada.

Gustabo al escuchar que le llamaban, desperto suavemente encontrandose con el rostro y aquellos bellos ojos inocentes del ser que tanto amaba.

-Horacio?!, dijo Gustabo sorprendido, al verle por fin despierto, para rapidamente levantarse y tomarlo de sus mejias, llenandolo de dulces y tiernos besitos por todo su rostro, mientras se le deslizaban rebeldes lagrimas de felicidad por sus mejias.

Horacio estaba sorprendido, de aquella reaccion de Gustabo, no sabia porque estaba ahi, ni sabia donde estaba, tampoco recordaba nada.

Lo ultimo que recordaba era que empujo a Gustabo para que aquel auto no lo golpeara igual que a su mama.

En ese momento penso que desapareceria para siempre, como le dijo aquella hermosa voz de los deseos.

Por eso estaba tan confundido y agradecido, ya que no desaparecio.

Y ahora Gustabo y el podian tocarse, sin el desaparecer.

Depronto sintio un calido, tierno y fugas beso en sus labios, algo que nunca habia sentido antes en toda su vida.

Haciendolo salir de sus pensamientos y sonrojarse rapidamente, al sentir aquella exquisita y extraña electricidad que nunca habia  sentido antes, pero le encanto.

Gustabo al percatarse de lo que habia echo inconsientemente y ver la reaccion de Horacio, el tambien se puso muy nervioso y sonrojado.

Ya que le habia invadido unas ganas de por fin provar aquellos deliciosos labios que tanto le habian llamado la atencion y lo hiso, aunque para su gusto fue muy rapido y poco.

-G-Gu....Gustabo?, Que...que pasa?... do....donde estoy?, Po...porque me das tantos besos?, dijo Horacio un poco timido, confuso y muy sonrojado por la agradable y electrisante sensación que sintio de los labios de Gustabo sobre los de el.