Con dificultades me acosté en el sofá de la doctora... No podía pensar con claridad, y sentía un aumento de temperatura en mi...
-Doc... Mi cabeza, me da vueltas, el aroma... Algo hace... Que me maree...
Me quite el suéter que llevaba y en un parpadeo la doctora ya estaba a lado mío, creí que me revisaría, pero de la nada se subió encima mío, eso hizo que mi respiración y pulso aumentaran.
-Oh Querido... Lo sé, mi perfume, ¿No te gusta? Lo puse especialmente para ti...
El ver a la doctora arriba de mi, me hizo sentir extraño, como en aquellos sueños donde una mujer me somete sexualmente, pero no podía ser real, o talvez si... Y por accidente me solté de la lengua.
-Yo... Si doc... Me gusta su perfume, huele rico, como usted...
Mi nivel de conciencia estaba bajando, la situación estaba por delante de mi pensar... Me sentía... Caliente... Pero, a nivel... ¿Sexual? No podía dar razón a eso, ella es mi psicóloga, no se podía pensar en esa situación... Pero ella, no parece estar molesta...
-Verónica, llámame Verónica...
Sin pensárselo ella me tomó de la playera y me besó de una forma en la que ya no pude pensar claramente, sentía sus labios, su lengua, su calor, su pasión tomando control de mi, haciendo lo que ella quiere, mi mente estaba al borde de deshacerse, no quería que eso terminase, sin darme cuenta la estaba abrazando mientras ella jugueteaba su lengua con la mía, deseando más...
-Por... Por favor.... Más... Más Verónica... Sigue...
Poco a poco mi razonamiento se apagaba, lo último que pude ver claramente fue un brillo en los ojos de la doctora Harker, que me decía que pasaría algo... ¿Revelador?
Lo último que sentí y que pude recordar fue un dolor en el cuello, como una presión... ¿Y grite de dolor, o de... Placer...?
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Amor Psicológico/Enfermizo
Ficción GeneralUn paciente con traumas detrás, una Psiquiatra enamorada, y una obsesión peligrosa harán una nueva víctima del Síndrome de Estocolmo.