Cuando la Psiquiatra comenzó con al terapia hipnótica me sentí raro, no podia moverme, sentía los brazos y las piernas pesadas, mi respiración agitada y la cabeza me daba vueltas, sabia que era por la hipnosis, pero habia algo más... Empecé a escuchar voces, susurros, como los que habia oido anteriormente en los audios de la doctora, esto no era coincidencia.
Traté de levantarme pero con un pequeño empujón la doctora me volvió a poner en mi lugar, me sentía debil, no solo físicamente, cuando la escuché hablar...-Poco a poco... olvidando tus miedos... pensarás en mí... el placer... yo seré tu diosa... te haré sufrir... suplicarás por piedad... te convertiré en mi juguete sexual... te romperé... serás sólo mío...
Fueron las únicas palabras que pude entender, ya no queria estar alli, tenia que salir como sea de ese lugar, ella no me iba a ayudar, sabia lo que ella estaba haciendo conmigo pero no podia dejar que siguiera con eso, hice un esfuerzo por levantarme pese al trance en el que estaba pero Verónica se sentó encima de mí y me besó de una forma tan ruda pero que a la vez me excitaba mucho, me mordia los labios y metia sus manos por mi pecho y me arañaba con sus uñas largas y me susurraba cosas... calientes y que a la vez me daban miedo.
Por una parte queria empujarla y salir aunque sea a rastras, per por otra queria seguir experimentado esa sensación de peligro y excitación, cuando de repente sentí que me mordía en cuello y por impulso solté unos gemidos.
-Oh, que dulce gemido, ¿te encanta verdad... putita? Se que eres un sumiso de primera, por mas que lo niegues, yo disfrutaré de ti... y de aqui ya no escaparás.
Sentí que me mordio la oreja y de repente algo me apretó el cuello, algo me colocó.
-Con esto ya no te escaparás de mi, buen chico...
Me volvio a besar pero como pude la quite de encima mío y traté de ir a la puerta, aun estaba debil asi que me arrastré pero a medio camino sentí una gran descarga eléctrica por el cuerpo que me inmovilizó, ya no pude moverme más, solo sentí como me daban vuelta. Era ella con una expresión de miedo, parecía una maniaca dispuesta a matarme.
-Te dije que no escaparías de mi perrito malo, crei que serías un buen chico, pero parece que tendrás que aprender por las malas. Hasta pienso que te gusta aprender asi, por medio del dolor...
Tratando de moverme solo pude ver como me iba a dar una patada en la cara, de ahi desperté en una cama, atado, y con mi uniforme rasgado y roto...
*Hola, a la gente que sigue mis lecturas, lamentola tardanza al seguir con esta historia, el trabajo y la poca inspiración no me dejaron seguir, pero aqui esta de vuelta, incluso quiza habrá una historia nueva, quiza, aún no estoy seguro jeje*
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Amor Psicológico/Enfermizo
Ficción GeneralUn paciente con traumas detrás, una Psiquiatra enamorada, y una obsesión peligrosa harán una nueva víctima del Síndrome de Estocolmo.