El Deseo del Guardián Yaksha

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Te protegeré ... aunque sea de mí mismo.

Ese fue el juramento que hizo Xiao en silencio cuando dejó a él exhausto Aether en su morada. Esa noche, Xiao había vencido con éxito a todos los demonios errantes que pudo encontrar. Mientras luchaba, notó que había algo ... diferente.

Los efectos de su karma eran casi los mismos, y la medicina de Zhongli funcionaba como de costumbre. Pero había algo más. Los oscuros recuerdos que siempre lo tentaban a sucumbir a la oscuridad fueron reemplazados por la sensación del cálido y acogedor toque de Aether. Y los oscuros susurros que buscaban corromper su mente fueron silenciados por el recuerdo de la increíblemente suave voz.

Xiao se juró a sí mismo que protegería a Aether tan ferozmente como protegía a Liyue, si no más. Una parte de Xiao le dijo que la mejor manera de hacerlo era mantenerse alejado. Pero el deseo en su corazón, como solía hacer, combatió su razonamiento. Y la única forma de domar ese deseo era manteniéndose ocupado.

Cuando derrotó a los demonios, el sol aún no había salido por completo, pero ya estaba comenzando a ahuyentar a la oscuridad. Con su trabajo terminado, Xiao había regresado a su morada, a pesar de saber que lo más probable es que Aether todavía estuviera allí.

Sobre su hamaca, Aether aún yacía, suavemente arrullado por el leve balanceo. Su rostro dibujado con una expresión más dulce de la que solía tener.

Xiao sintió que algo en su pecho se extendía, un sentimiento que siempre tenía cuando estaba cerca de Aether. Era tierno y cálido. A menudo, causaba que Xiao perdiera el control de su propio cuerpo y se dejara ser atraído hacia el espacio del viajero.

Y fue esa misma sensación la que hizo que Xiao se diera cuenta de que mantenerse alejado de Aether no iba a ser posible.

Al mirar lo profundamente que dormía Aether, Xiao pensó en las pocas veces que veía a Aether estar realmente relajado. Xiao no podía ni siquiera imaginar despertarlo. En cambio, observó a Aether en su sueño profundo. Xiao mantuvo su mirada en el suave ascenso y descenso del estómago de Aether. El sutil movimiento hizo que Xiao se sintiera aliviado de que Aether estaba ileso. Aunque, se preguntó a sí mismo por qué, dado que Aether estaba sano y salvo, no tenía por qué haber ninguna razón por la que se sintiera de esa manera.

Los ojos de Xiao se movieron hacia la cara de Aether. La expresión serena se pellizcó de repente. Aether murmuró algo en sus sueños, y sonó dolido. En respuesta, la mano de Xiao gravitó hacia el rostro de Aether. Sin pensarlo mucho, peinó hacia atrás el flequillo desordenado. Algunas de las hebras rubias estaban pegadas a la piel de Aether.

¿Estará teniendo una pesadilla? El pensamiento animó a Xiao a darse el gusto en contra de su buen juicio. Entrelazó cuatro de sus dedos a través de los sedosos mechones dorados con la intención de calmar a Aether.

Un suave sonido somnoliento escapó de los labios de Aether mientras se movía un poco y se inclinaba hacia el toque de Xiao. Aether no se despertó, pero sonrió y luego murmuró el nombre de Xiao tan suavemente que lastimó el corazón de Xiao.

¿Por qué pronuncias mi nombre en tus sueños? ¿Estás soñando conmigo?

Xiao frunció el ceño con tristeza.

No. No hay forma de que ese sea el caso ... acaso de qué podría soñar conmigo, entre todas las cosas ...

Xiao lentamente retiró su mano, aun cuando parte de él no quería hacerlo. Y fue ese pequeño dolor lo que provocó que una vocecita lo tentara a usar sus poderes para ver los sueños de Aether. El pecho de Xiao se apretó y cuestionó su propia osadía.

El Viajero y El YakshaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora