El Viajero y El Yaksha

Capítulo 8: Viaje a Costas Prohibidas

"Debo decir que me opongo firmemente a que dejes la cama."

Al escuchar esas palabras, Aether suspiró mientras cerraba los ojos. Estaba sentado en un ángulo sobre la cama mientras sostenía su cabello, mientras que Xiao trabajaba a su alrededor para deshacer sus vendajes.

No que Aether lo expresaria, pero su cuerpo no había dejado de sentirse cansado. Se admitió a sí mismo que acurrucarse en la cama era una idea muy tentadora. Más aún si Xiao optaba por acostarse junto a él nuevamente; al igual que Xiao había hecho inesperadamente después del momento de tranquilidad que pasaron en las aguas termales dos días antes.

Aether sonrió suavemente al pensar en el recuerdo. Después de que se fueron de las aguas termales, Xiao lo había llevado de regreso a la posada Wangshu. Aunque la mayor parte del dolor de Aether había desaparecido, Xiao fue gentil y cauteloso con él. Había aplicado más medicación y puesto vendajes nuevos sobre las heridas de Aether. Luego había procedido a ayudar a Aether a vestirse antes de rápidamente quitarse su propia ropa mojada. Y finalmente, se metió en la cama con él.

Xiao pareció un poco inseguro, pero Aether, a pesar de lo débil que se sentía, ahuyentó esa incertidumbre cuando se acurrucó al lado de Xiao. Tanto como su herida le permitió, al menos. Y durante las últimas dos noches había sido así: Xiao ganó un poco más de confianza y se acostó junto a Aether cuando estaban a solas. Aether no podía recordar la última vez que durmió tan bien.

Sin embargo, a pesar de eso, estaba claro para Aether que había algo en su cuerpo que estaba obstaculizando su recuperación. Podía sentirlo todavía. Aún así, Aether no podía calmar sus preocupaciones.

"Entiendo de dónde vienes, Xiao, pero no puedo permitirme quedarme aquí. No cumplimos con la fecha límite que nos dio Kazuha ... Sólo puedo esperar que aún podamos encontrarlo ..."

Xiao se quedó inmóvil por un momento. Exhaló bruscamente. Aether no solo sintió el aliento de Xiao en la nuca, sino que también sintió su aguda mirada.

La postura de Aether se hundió cuando él también suspiró. Se pasó el cabello por encima del hombro hacia el frente y se dio la vuelta para mirar a Xiao.

"Hay otra cosa en tu mente, ¿cierto?" Sostuvo la mirada de Xiao por un momento. La expresión de Xiao se arrugó por la preocupación y el pensamiento, aunque no se apresuró a responder. Aether se giró un poco más hacia él e inclinó la cabeza. "Ahora que lo pienso, cuando estábamos en las aguas termales, dijiste que había otras preocupaciones en tu mente. Aún no me has dicho cuales son esas preocupaciones."

"Mientras estabas inconsciente, Rex La---" Xiao se interrumpió con un pequeño suspiro de exasperación, "Zhongli y ese doctor, Baizhu, por supuesto, estaban discutiendo lo que podría haberte estado afligiendo."

Aether frunció el ceño y asintió mientras pensaba. "Sí ... recuerdo que cuando me desperté, Zhongli dijo que había algún tipo de veneno en mi cuerpo."

Xiao frunció el ceño mientras dejaba escapar otro pequeño y agudo suspiro por la nariz. "Usó la palabra veneno como una forma de simplificar las cosas, dado que acababas de recuperar la conciencia. Y también para no estresarte más."

Las cejas de Aether se levantaron. "¿Entonces es algo más?"

Xiao se quedó en silencio durante unos segundos antes de responder. "Él piensa que podría ser un subproducto de ese sello que te puso el dios que te dejó varado aquí. Cree que puede estar debilitándote gradualmente."

Aether frunció el ceño al suelo mientras pensaba. Tuvo una sensación de pesadez en el pecho. Se preocupó por su propia salud, por supuesto, pero lo que estaba en primer plano en su mente era su capacidad para ayudar a Lumine. Pero trató de no sacar conclusiones definitivas. Primero tuvo que preguntarse por qué Zhongli sospechaba tal cosa. Esa misma línea de pensamiento también lo llevó a recordar los recuerdos de la destrucción de Khaenri'ah que recordó mientras estaba con Dainsleif. Se había dicho a sí mismo que debía preguntarle a Zhongli sobre la situación, ya que seguramente tenía que saber mucho más de lo que estaba dejando saber. Aether estaba seguro de ello. Era el mayor de los Arcontes, después de todo.