𝗣𝗮𝗽𝗮́, ¿𝗲𝘀𝘁𝗮́𝘀 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗱𝗼? キ 𝘸𝘰𝘰𝘴𝘢𝘯

11. Historias

—Entonces, ¿que paso con el otro papá de Luda? —Wooyoung formó una mueca, reviso que su hija no estuviera despierta.

—Pues se fue después de que Luda naciera —el menor alzó sus cejas.

—¿Por qué dejaría a una niña tan hermosa como Luda? —el más alto sonrió.

—Él no quería a Luda, la tuvo porque no era capaz de abortar —San al escuchar lo último se tensó y no le paso por desapercibido a Wooyoung—. ¿Pasa algo?

—No es fácil de contar —murmuró.

—Esta bien, no me tienes que contar —el menor negó—. Enserio, si no es sencillo para ti, no estás obligado a decirlo.

—Me gustaría empezar esta relación contándote lo que pasó, pero es difícil —Wooyoung acarició su mejilla izquierda.

—Tómate tú tiempo si te es difícil —seguido de hablar lo abrazo.

Se pusieron a hablar de otra cosa, Wooyoung le contó que antes de que Luda naciera él quería estudiar contabilidad, pero al final no se pudo.

—¿Y que te impidió seguir estudiando? —el mayor soltó un suspiro.

—Bueno, unos meses después de que Luda naciera, mi padre enfermó y mi mamá ya no podía cuidarla mientras yo iba a la universidad, el dinero comenzó a hacerse poco entre el tratamiento de mi padre, las cosas para Luda, cosas para casa, mi mamá dijo que no podía dejar la universidad así que estudié, trabaje y cuide a mi hija, hubo semanas que no dormí correctamente pero lo valía si con eso ayudaba a mi madre, después ya no supe que hacer entre cuidar a mi hija, ir a la universidad y trabajar, la paga no era mucha y ya no rendía para todos los gastos —San retiró una lágrima que se deslizó por la mejilla del menor—. Deje la universidad para buscar un buen trabajo y poder ayudar a mi madre, poco después mi padre falleció.

—Tuvo que ser difícil para tu madre y para ti.

—Demasiado, mi madre insistió en que volviera a la universidad pero no cedí, mi pequeña necesitaba tantas cosas y mi madre no podía pagar todas, así que decidí desvivirme por ambas, y después un amigo me ayudo a encontrar un trabajo más estable y bueno ahora me va bien —San sonrió y beso su mejilla.

—Y con esto que me cuentas reafirmó que eres el mejor papá que Luda pudo tener —el mayor sonrió mientras limpiaba sus mejillas húmedas—. Yo también tuve un hijo —soltó de pronto, lo tenía que contar ahora mismo, nunca lo hablo con nadie ni siquiera con su hermano o algún amigo aunque estos lo supieran.

—¿Tuviste? —el pelinegro asintió.

—A diferencia tuya es que yo lo tuve cuando tenía dieciséis, pero no por una irresponsabilidad —Wooyoung tomo su rostro y con delicadeza lo hizo mirarlo.

—¿Estás seguro de que quieres contarme?

—Jamás tuve la necesidad de contarlo aunque mi hermano y amigos lo saben y mis padres a medias —Wooyoung dio un tierno beso en cada parpado.

—Entonces si estás seguro, yo te escucho.

—Cuando tenía dieciséis era demasiado tímido y miraba a todos vivir una vida que en el fondo yo quería vivir, miraba a mi hermano salir todos los días con sus amigos y yo también quería tener muchos amigos, un día le pedí a mi hermano poder acompañarlo y él acepto porque así no me quedaría solo en casa, entre sus amigos, uno fue muy amable conmigo, era tres años mayor que yo —soltó una sonrisa sin gracia—. Era la primera vez que alguien que no fuera mi hermano o mis amigos que también eran amigos de mi hermano, me tratarán bien por así decirlo, él era todo lo que supuestamente yo quería, me enamoré de él aunque mi hermano me pidió que tuviera cuidado con él, no le hice caso, a los cinco meses de estar saliendo, él dijo que ya estaba listo —las lágrimas se desbordaron por sus mejillas—. Me llevo a su casa, nunca me vi venir que él quisiera tener relaciones, yo no estaba listo, le pedí que se detuviera pero no hizo caso, no me escuchó a pesar de que gritaba que se detuviera, aunque yo era un lío de llanto, cuando acabó él dijo que había sido maravilloso, después de eso no quería salir de mi habitación aunque mi hermano me lo pedía y cuando él iba a la casa me rehusaba a verlo, Jongho no tardó en entenderlo y junto a los demás lo golpearon, pero aún así no quise salir, yo no quería salir por nada.

—¿Qué paso después?

—Después resultó que esperaba un hijo de él, mis padres jamás me preguntaron o escucharon a mi hermano, sólo supusieron que había estado de calenturiento, yo no quería tener a ese bebé y se los dije, pero dijeron que yo era menor de edad para decidir si tenerlo o no, tuve que tenerlo y él se enteró así que con más frecuencia me buscaba hasta que una vez dio conmigo volviendo de una revisión a la que tuve que ir sólo, entonces me dio pánico salir de mi casa, siempre que salía él estaba ahí listo para abusar de mí, hasta que Jongho se encargó de que no volviera a hacerme daño, tuve al bebé pero yo no lo cuide porque era inmaduro para eso —Wooyoung lo abrazo y el menor pudo ahogar sus sollozos en su pecho—. Y justo cuando le estaba tomando cariño al bebé, justo cuando me permitieron estar con él, enfermó y su pequeño cuerpo no lo soporto, tenía dos años cuando murió, yo sólo pude estar junto a él en un hospital, en sus últimos días de su corta vida, jamás tuve la oportunidad de que me dijera papá, pues para él era su hermano y mis padres eran sus padres, después de eso cambie de carrera y preferí ser maestro de primaria.

—Si te incómoda o te trae malos recuerdos que Luda te diga papá, yo puedo hablar con ella —San negó.

—Esta bien, no sería la primera vez que un niño me dice papá, aunque es por accidente —el pelinegro lo abrazo fuerte y acarició su brazo derecho.

Por suerte se calmó y el rastro de que había llorado desapareció, pues Luda apareció y se lanzó a San.

—¿Aquí te vas a quedar? —los adultos se miraron.

—Pequeña —la menor miro a su papá Wooyoung—. San no vivirá aquí por ahora.

—Pero ya es mi papá, yo quiero que se quede aquí —puchereo a punto de entrar en un berrinche.

—Luda —llamo San—. Yo sé que a ti te gustaría que tu papá y yo viviéramos juntos —la menor asintió—. Pero eso no es posible por ahora.

—¿Por qué?

—Bueno, primero los tres nos debemos adaptar a esto, siempre han sido tu papá y tú, puede resultar extraño que de pronto yo viva aquí, iremos a pasitos cortos y después ya podré vivir aquí como tú quieres —pellizco su mejilla derecha—. Pero lo que si podemos hacer es salir los tres juntos, hacer actividades juntos y así nos vamos adaptando, ¿te parece?

—¿Vamos a salir los tres juntos? —le preguntó a su papá.

—Por supuesto, pequeña —Luda salto de felicidad y los abrazo a ambos.

Poco después San recibió una llamada de su hermano, así que tuvo que irse, pues lo esperaban afuera, Luda quería que se quedara un rato más pero San le explicó que no podía, pero al día siguiente iban a salir por primera vez los tres y eso la alegró demasiado.

Iba a salir con sus dos papás, estaba ansiosa por ello.

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