Capítulo 10

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1

Touya se había quedado en su oficina por la noche, no había vuelto a casa pues realmente no quería ver a su progenitor, no respondió un solo mensaje de Fuyumi o Natsuo, Shoto ni si quiera le había mandado un mensaje. Supuso que el menor se sentía igual o peor que él.

–Estas siendo infantil, lo sabes, ¿no?

–¿Qué más da? –dio vueltas en la silla dándole una calada al cigarrillo entre sus dedos.

–Fuyumi está muy preocupada por ti –continuo Shimura tomando asiento en el escritorio del mayor– tú padre no fue hoy.

–Igual no quiero volver –suspiro y camino hasta el de cabellos celestes. Apago el cigarro en el cenicero dejándolo ahí– me siento... ¿Culpable?, ni siquiera sé por qué –continuo mientras se abrazaba al chico, apoyo la frente en el hombro ajeno y al poco tiempo sintió los brazos rodeándolo, haciéndolo sentir reconfortado– ¿estoy haciendo mal?

–¿El qué?

–No perdonar al viejo –murmuro en respuesta, sus brazos rodearon la cintura ajena aferrándose a él.

–No, si no quieres hacerlo no lo hagas.

–¿Por qué dices que estoy siendo infantil?

–Porque estas huyendo –el tono de obviedad empleado por Tenko logró sacarle una sonrisa al albino– no está mal el que no quieras perdonarlo, pero tampoco puedes simplemente huir de tus hermanos por eso.

–¿Debería hablar con él?

–Esa es tu decisión.

Touya se separó un poco, vio los ojos ajenos fijamente, aquel color rojizo que tanto le gustaba, los cabellos celestes y sus labios ligeramente rosados. Touya poso su mano en la mejilla ajena acariciando esta para después juntar sus labios con los ajenos en un suave roce. Poco a poco los besos eran más comunes entre ambos, y aunque no habían sido abiertos con sus sentimientos, sabían que aquello no era necesario pues todo era mutuo.

2

–Ya llegué.

Apenas entro a su casa retiro sus zapatos. Sus pasos resonaron contra el piso de madera, mochila en mano y apenas alzo la mirada vio a sus hermanos. Natsuo y Shoto sobre el sofá comiendo palomitas, Fuyumi se encontraba en el suelo, los tres veían atentamente la televisión; Touya camino por la parte trasera del sofá viendo la película que se estaba transmitiendo: piratas del caribe.

–Este día lo recordaran como el día que casi atrapan al capitán Jack Sparrow –dijeron los cuatro al unisonó, viendo como el personaje interpretado por Jhonny Deep se lanzaba al mar.

–Hey, apestoso –Natsuo alzo una mano, al instante el mayor choco ambas palmas– ¿trabajo?

–Algo así.

–Papá vendrá mañana a las nueve, según quiere darnos una noticia y traerá a alguien más –dijo Fuyumi sin despegar la mirada del televisor, Shoto la imitaba comiendo con aire ausente las palomitas pues su atención estaba totalmente centrada en la televisión– ¿estarás?

–Si salgo antes, sí. Iré a cambiarme, ¿ya cenaron?

–Si, Fuyumi hizo la cena.

–Está bien.

Dicho aquello subió directamente a su habitación, lanzo su maleta con su ropa a una esquina de este y se dirigió a su cama tumbándose en esta. En su mesita de noche había una fotografía de él en su graduación rodeado de sus hermanos, a su lado una donde estaba con sus amigos, y en la esquina de esta una foto de él y Shoto de pequeños. Sonrió al verla, Shoto parecía tener alrededor de cinco años, él estaba en secundaria, ambos bastantes sonrientes. Frente a esta había un papel doblado por la mitad, al instante reconoció la nota.

Era de Shoto.

"Lamento haberme molestado contigo, aunque probablemente ni siquiera sabias que estaba enojado. ¿Podrías convencer al viejo de que no venga?, yo tampoco quiero verlo."

3

No, no puedo hablar con Enji.

Enano no tan enano.
¿Por qué no? :c

Porque yo ni siquiera hablo con él.
Ustedes eran lo que querían verlo.

Enano no tan enano.
Pero tú eres el mayor.
Tú debes encargarte de eso T.T

Fuyumi es la que quiere la familia feliz.
Dile a ella.

Enano no tan enano.
No puedo decirle eso.
Se pondrá triste.
Anda, dile.

Tú ganas.
Hablaré con él.
¿Contento?

Enano no tan enano.
Si c:

4

Touya no estaba convencido de hacer aquella tontería, ¿hablar con su padre?, nunca había considerado aquella opción, si era 100% sincero, prefería huir y fingir que no existía, aquello hacia su vida mucho más tranquila, pacífica y medianamente feliz. Pero, como Shoto había dicho, era el mayor, de cierta manera era su deber hacer aquello.

Tal vez podría pedírselo a Fuyumi, pero justo como Shoto le había dicho su hermana terminaría decepcionada y sumamente triste por aquello; podría habérselo dicho a Natsuo, pero el joven terminaría en una fuerte pelea con su padre y aquello solo haría que Enji quisiera reclamarle a Touya por la actitud de este. Así que si, realmente no tenía otra opción.

Condujo su motocicleta hasta la agencia de Enji Todoroki, con ropas de civil y una mascarilla cubriendo su rostro, se estaciono en la planta baja del edificio, una vez ahí subió en el elevador hasta el ultimo piso. Conocía la agencia como la palma de su mano, después de todo, aunque no le agradaba del todo la idea, no tenía otra más que hacer las pasantías ahí, su padre podría ser una escoria como progenitor, pero como héroe era un cuento totalmente distinto.

Touya tenía una pésima costumbre de entrar a cualquier parte sin tocar. Shoto en repetidas ocasiones le reprendía por ello -sí, Shoto regañaba a Touya constantemente-.

Si tan solo hubiese aprendido a hacerlo.

Abrir la puerta de la oficina de su padre y ver a Keigo sobre el escritorio con Enji no era placentero.

Más allá de ver a su padre siéndole infiel a su madre, con un hombre, con un hombre que era su expareja.

Si, Touya ya no era novio de Keigo, y si era sincero no tenía sentimiento alguno por él, pero ¿salir con su papá?, ¿un hombre casado y con hijos?

–Vaya, veo que todos tenían razón al decirme que cambiaste –fue lo único que dijo al entrar, tomo asiento en el sofá que su padre mantenía dentro de la oficina, sus botas sobre la mesita y su barbilla completamente alzada viendo al par de hombres separarse con suma vergüenza– aunque cuando todos dijeron que habías cambiado, no pensé que sería de esta forma.

–Touya puedo explicarlo –dijeron ambos al mismo tiempo, Touya negó sin poder contener una sonrisa.

–¿Qué me dirán? –alzo una mano haciendo que Keigo cerrará la boca justo antes de hablar– déjame adivinar, al inicio sabían que todo era prohibido, pero sus sentimientos eran tan fuertes que no pudieron dejarlos de lado –hablo con dramatismo, al notar como los rostros de ambos se teñían de un color carmesí viro los ojos– eso pensé.

–Touya si tan solo me escucharás.

–No, la verdad ni siquiera vine a escucharte –se puso de pie viendo a su padre a los ojos– solamente venía a decirte que ni Shoto ni yo te queremos en la casa. No vayas, si quieres ver a Fuyumi y a Natsu hazlo en otra parte.

–Touya.

–Me voy. No quiero volver a verte, y no es necesario que sigas dándome dinero, yo puedo conseguirlo por mi cuenta.

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