Para efectos dramáticos recomiendo escuchar My tears ricochet de Taylor Swift
Raziel
Me quedo en blanco. Amadeo está alterado. Tiene los ojos rojos. No la retina, sus pupilas están rojas. Su respiración es rápida y agitada, puedo ver sus colmillos asomados.
Está furioso.
¿Qué mierda pasó?
Las luces parpadean y Amadeo me da un empujón para luego ir a su biblioteca y cerrar la puerta de un portazo. Escucho los pasos de mi papá y Alicia, ambos están igual de confundidos que yo. Y escuchamos ruidos provenientes de la habitación de Amadeo y Atalía.
La audición de un vampiro puede agudizarse dependiendo de sus capacidades y edad. Yo tengo 95, pronto 96 y mi oído está super desarrollado. Podemos controlarlo y filtrar el sonido para elegir que escuchar. Por lo que cuando me concentro en la habitación compartida me sorprende lo que escucho.
Sollozos, llanto agonizante provenientes de Atalía, no dudo en correr al lugar. Abro la puerta y encuentro a la pelinegra gritando contra una almohada. Luce... rota.
Apenas me ve su llanto cesa y con una mirada sé que no soy bienvenido, pero como el terco que soy decido quedarme y acercarme a ella.
— Vete de aquí —pide con la voz quebrada.
— Ni loco te voy a dejar sola, Atalía.
Ella ríe sin un ápice de diversión — Acabo de romperle el corazón a tu hermano, Raziel. Vete del maldito cuarto.
— Siento las emociones, Atalía.
— ¡Por mi abuelo, Raziel, déjame en paz! —grita y es Alicia quien me jala fuera de la habitación.
— Déjala, no está bien. Necesita estar sola —me dice la bruja y escuchamos el sonido de algo romperse en la biblioteca. Suspiro, serán unos días difíciles.
Atalía
Dos semanas después.
— El asunto de los gemelos ya está listo —le aviso a Astaroth.
— ¿Qué hiciste? —me pregunta aunque ya lo sabe.
— Los despelleje, lo suficiente para que aprendieran la lección. Se recuperarán en algunas semanas —explico —. Ya me puse al corriente con diez juicios, empecé por...
— Yo me encargo de los juicios, Atalía —corta —. Tu jornada está terminada —se levanta y me lleva a la casa Abades. El último lugar en donde quiero estar.
Entro y para mi desgracia Amadeo se encuentra en el lugar, no habíamos coincidido en estas semanas. Él no pasa mucho tiempo en casa y yo extendí mis horas en el infierno. La última vez que lo vi fue un cruce de miradas en el pasillo mientras yo sacaba mis cosas de la habitación que solíamos compartir. Él dijo que me quedara ahí si quería, pero son muchos recuerdos.
Creo que piensa lo mismo, ya que usa una habitación de invitados cuando duerme aquí, lo que no sucede muy seguido.
Evito a todos y subo a mi habitación para darme un baño. Mi cabeza duele y me mareo al salir de la ducha. Me quedo varios minutos mirando a la nada. Pienso en mi objetivo.
Tengo que salvar a Amadeo.
Luego de un rato bajo a almorzar en lo que se podría llamar familia. Solo que Amadeo se sienta lo más lejos que puede de mí.
— ¿Cómo vas con el hechizo? —le pregunto a la bruja.
— Ya casi está listo, creo que mañana haré el primer intento. Aunque necesito algo tuyo, Atalía.
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Princesa del Infierno #2 [✓]
Fantasy[SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO] La amenaza que los agobiaba ya no se encuentra presente pero eso no quiere decir que estén totalmente a salvo, no cuando Astaroth se encuentra frecuentemente en la tierra. Un nuevo secreto...