Capítulo 2

178 30 204
                                    

Atalía

- Quiero ver que siquiera lo intentes. Le tocas un pelo a uno de ellos y te juro que te mato.

Nadie en este mundo va a tocar a los Abades, no si yo estoy para evitarlo.

Soy la destrucción.

Soy fuego y quien quiera verme arder que se atenga a las consecuencias.

Ladea la cabeza con una sonrisa - Pero ¿Y si ya lo hice? -voltea hacia Raziel, quien se encuentra de pie atento a la escena.

- ¿De qué estás hablando? -cuestiona Amadeo, quien está interponiéndose entre Astaroth y yo.

- Dime Raziel. La cebolla en polvo le da un toque ¿Cierto? -se relame los labios -. Así como la que usaste esta mañana para el desayuno de todos -chasquea la lengua -. Que fácil es engañarlos.

Raziel está desubicado, su expresión muestra claramente que no sabe de que está hablando el imbécil mayor.

- ¿Qué hiciste? -preguntó cautelosamente con los puños apretados y el miedo instalándose en mi sistema.

Se encoje de hombros - Hechizar una especia es algo fácil para las brujas.

Amadeo

Los ojos de Atalía se vuelven rojo sangre ante las palabras de Astaroth. Está cabreada y lo que le sigue.

- Esto es fácil, cada uno de los presentes está hechizado gracias a la cebolla en polvo que amablemente Raziel disperso. Un movimiento de varita y sufrirán un dolor inimaginable. Así que, hija ¿Vas a gobernar conmigo o tengo que torturar a tu novio?

Es demasiado improbable que eso sea real, debe ser un truco.

Mi novia me hace hacia un lado y se dirige hacia el rey del averno a paso firme y con el mentón en alto - No voy a gobernar una reverenda mierda contigo -escupe entredientes, sus ojos; totalmente rojos, brillan en furia.

- Pues tú lo has pedido -responde cínico.

Astaroth saca de su bolsillo trasero una varita y sus ojos rojos brillan con diversión. Atalía traga duro pero no baja el mentón, demostrando su valentía, su pecho sube y baja con agitación. No lo demuestra pero está asustada.

Nadie se mueve, Astaroth mueve su mano con elegancia - Doloroxo -apunta hacia Riza, quien está a su derecha.

Atalía se gira como exorcista hacia mi hermano menor, quien en primera instancia solo mira a Astaroth con terror, para luego soltar un grito espeluznante y se encoge de dolor.

Renato es el primero en correr hacia su hijo, y todos lo seguimos. O eso intentamos cuando el rey del averno nos paraliza a medio camino.

- Detenlo de una puta vez, Astaroth -exige Atalía mirando a Riza, quien grita de dolor.

- Ven a reinar conmigo o se muere.

Devuelvo mi atención a mi hermano. Mierda, mierda, mierda. Está sufriendo.

- ¡Deja a mi hijo!

Mi hermanito...

A Atalía se le sale una lágrima mientras mira a Riza - ¡Detenlo! ¡Lo haré!

- ¿Segura?

- ¡Si, joder! ¡Deja de hacerle eso!

Astaroth vuelve a mover la varita y Riza se cae al suelo, desmayado. El engendro mayor nos devuelve la movilidad y corremos hacia mi hermano. Raziel llega primero y toma a Riza entre sus brazos y lo deja en el sofá. Mi novia intenta acercarse a ver su estado.

Princesa del Infierno #2 [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora