Princesa del Infierno #2 [✓]

Epílogo

Renato

— Dime que sucedió, Amadeo. Porque de verdad no puedo entender esto.

Él suspira. Amadeo luce terriblemente cansado y no es para menos.

Su postura se relaja y juega distraídamente con sus dedos.

— Antes de llegar a la grieta me salieron alas. No entendía qué estaba sucediendo, de alguna manera entendí cómo usarlas y me lancé al infierno.

Lo interrumpo — Sabiendo que podrías no regresar.

Asiente — Solo quería que Atalía estuviera bien.

— Continua.

— Llegué al lugar, vi a mis padres y a mi tía hablando con Astaroth. Cuando aterrice todo quedó en silencio, mi mamá se quedó pálida y Astaroth me quería matar.

— Jamás pensé que Arantza fuera un demonio.

Amadeo ríe sin gracia — Yo soy su hijo y me enteré cuando me salieron alas. En fin, Astaroth se me abalanzó, peleamos un poco y lo mandé a volar, literalmente.

Rio un poco. Odio a ese tipo.

>> Había algo en el hilo que me ayudó a encontrar a Atalía. Estaba una plaza, llegó ahí por medio de un pasadizo que se encontraba en el sótano del castillo. Todo estaba vacío, solo había una especie de casa. Mientras me acercaba había una frase que se repetía en mi cabeza, las palabras solo salieron de mis labios. Tere come te ere —pronuncia con lentitud.

— Es el primer hebretalín —expone Alicia —. Significa "Aquí viene el rey"

— Luego, encontré a Atalía con Alina paradas frente a la puerta abierta de la casa. Me estaba acercando pero no podía ver lo que estaba adentro del lugar —toma un respiro —. Cuando llegué Atalía no pudo más y se desmayó, Alina estaba tan impactada que ni se inmutó con mi presencia. Cuando vi a Ariel me paralice, pero sabía que no la podía dejar ahí. Le quité las cadenas y la cabeza enorme que la custodiaba me miró fijamente antes de soltar las demás cadenas. Escuché a Astaroth acercarse y Alina me dijo que me fuera con las dos, que ella sabía como volver. Tomé a Ariel y Atalía y vole lo mas rápido que pude. Llegué a la grieta y Astaroth me pisaba los talones, se detuvo mientras procesaba que Ariel estaba viva. Ahí mi madre golpeó a Astaroth y me permitió escapar.

Mi sobrino asiente — En fin, sabía que no podía dejar la grieta abierta, así que utilice magia que no sé de donde salió y la selle. Astaroth no va a salir de ahí en un buen rato.

— Un problema menos.

— No lo creo —comenta Alicia —. No sabemos porque Astaroth no quería que la profecía saliera a la luz.

— Es obvio — murmura Amadeo —. No quería perder su trono.

Alicia niega — Esto va mucho más allá.

— No hagamos especulaciones por el momento.

— Papá tiene razón —concede Riza —. Ahora Amadeo es un murciélago. Y yo pensaba que Atalía era rara.

Raziel estalla en carcajadas y para ser honesto, yo también. Amadeo solo rueda los ojos.

Es el primer momento de paz que tengo en varios meses. Mi hijo acaba de morir y a quién alguna vez amé y pensé que estaba muerta, resultó estar viva.

Raziel deja de reír — Según lo que entendí, ¿Amadeo es el rey del infierno?

— Sí —asiente Alicia —. Las alas salen a los cien años en algunos demonios, en este caso simbolizan que ya puede tomar el trono. ya que cumplirá 101 en abril.

— Mierda, Amadeo. Primero tu Persona es un demonio y ahora tú lo eres, el karma te ama —Creo que es obvio quien hizo el comentario.

— Tengo una reunión con Eliezer por motivos de la empresa, así que en resumen: Renjy está muerto, Ariel está viva, Amadeo es el rey del infierno, Alicia tiene un don pero no se sabe cual es, y Atalía y Ariel se encuentran en coma —enumero nuestros problemas y alzo una ceja — ¿Algo más?

Todos niegan. Suspiro.

— Antes de que lo sepan por otra persona —comienzo —. Odio tener que hacerlo, porque lo siento como traición, pero de verdad necesito un vicepresidente en la empresa. Así que nombraré a Eliezer, es el único que considero que puede llenar los zapatos de mi hijo.

— Renjy estimaba a Eliezer —comenta Riza y una lágrima se le escapa.

Han pasado tres semanas desde el funeral, siento como si una parte de mi faltara.

— Si Amadeo es el rey del infierno, ¿qué mierda es Atalía?

Todos nos quedamos en blanco.

FIN DEL SEGUNDO LIBRO.