boda. 💟 armario

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tw: triste

Armando va a casarse, ya no hay nada que hacer, ya está poniéndose el traje en la habitación de junto, listo para formar una familia con otra persona que no era él, para hacerlo con Marcela. Su novia, la insistente Patricia Fernández, llamándolo a cada momento para que le platique como se está portando en novio, siendo la imprudente de siempre, de no ser porque ambos lucían bien juntos ya estarían separados.

Mario por dentro lleva el corazón roto  mientras observa el traje que no puede ponerse, es un traje común con una ridícula flor en el bolsillo, ponérselo es aceptar la terrible realidad, y él simplemente se niega.

Así que en lugar de ponérselo como cualquiera se decide a sacar sus pensamientos en un trozo de papel que encuentra en el buró del hotel, tiene el logo y es para hacer notas y lo usa para eso mismo, para realizar una nota hacia don Armando, como si fuese capaz de entregarla.

En ella relata en poquísimas palabras todo lo que siente, que aquello no surgió cuando se conocieron, que él era un amigo cualquiera hasta que de un momento a otro la cosa cambio, empezó a notarlo más guapo, más cómico, más entrañable; de pronto le importaba con quién salía, quien le dejaba mensajes en el contestador, las horas a las que llegaba a casa. Que él al igual que Marcela se había convertido en una sombra que observaba desde la distancia cada paso que daba con la esperanza de que algún día diera todos esos pasos con él. Pero ella al menos lo tenía a ratos, a él no le quedaba nada. Deseaba fuese distinto, que Armando lo viera, de verdad, que viera lo mucho que él ponía de su parte para que él tuviese una empresa estable y fuese feliz, más de lo que Marcela ambicionaria en hacer para complacerlo. Lo amaba y amaba todo de él y lo seguiría haciendo incluso si se casaba con otra mujer o si la engañaba con cientos de otras mujeres. Deseaba, fantaseaba mejor dicho, sobre que si Armando supiera lo que siente, muy en el fondo, sería incapaz de casarse con alguien más que no fuese él.

Tantas ideas puestas en papel, que después trato de arruinar con su encendedor antes que la alerta de incendios se lo evitará al empezar a pitar. Pronto trato de esparcir el humo sin conseguirlo, solo dejo la nota olvidada en su cama, quemada de los bordes y salió medio cambiado corriendo por el pasillo mientras Armando entraba a la habitación asustado por su amigo, el personal del hotel con extintores en las manos.

Armando encontró la nota y alcanzó a leer unos garabatos reconocidos de su amigo, no quería ser un entrometido, Mario tendría sus razones para deshacerse de esa nota, aún así le daba curiosidad.

“Si supieras Armando, todo lo que siento por ti, muy en el fondo, serías incapaz de llevar al altar a una persona que no sea yo”.

Cielos, entendía porque quería deshacerse de eso. Se sentía confuso, aunque agradable, saber que Calderón tenía algo por él, más allá de la amistad. Ver que después de todo logro enamorarse de él, después de que desde que lo conoció estuvo mandando señales hacia él para poder conectarse, comprende que es desafortunado que lo comenzará a ver de tal forma cuando él desistió en sus intentos. Quizá si, estaría en un lugar diferente, quizá Mario sería su verdadero amor y su esposo. Sería agradable tener un amor en las cosas que ellos veían de amistad.

Pero los planes estaban hechos, sería un desgraciado si desapareciera en ese mismo momento, Marcela era una mujer extraordinaria que no imaginaba odiándolo por el resto de la vida que debieron compartir solo por un amor que ni siquiera tuvo tiempo de florecer. No la iba a dejar, no podía. Pero tampoco podía sostener el ver el rostro triste de Mario paseando con melancolía por su vida pensando que él no sabe lo que tiene en la mente, sería una muerte violenta que duraría años en su corazón. No había forma de evitar ser un desgraciado, no había a dónde mirar.

Mario regresa momentos después de que Armando dejara la nota en dónde la encontró, él respira aliviado colocándola en su bolsillo antes de que su mejor amigo “la descubra”, Armando ya está listo para hacer la marcha nupcial lo anuncia al aparecer en el marco de la puerta. Mario le sonríe, le hace una broma de que se ha tardado muchísimo para verse prácticamente igual y ambos acarrean su falsa felicidad hasta la iglesia.

Armando dice que si después de una ceremonia de media hora y Mario aplaude con los demás invitados por la decisión. La vida sigue.

todas mueren por mi  !  yo soy betty la fea, one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora