Un Nuevo Mundo?

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Desperté en el suelo después de meterme en aquel portal. Había caído en un bosque plagado de arboles. Cuando me puse en pie, me di cuenta entonces de que llevaba una espada colgando en la espalda, la desenvainé y su hoja parecía emitir una tenue luz morada. Pasé el dedo por encima, acariciando la fría hoja, estaba tan afilada que parecía poder cortar lo que fuese solo con mirarla. La volví a envainar y se quedó en mi espalda, sin yo saber que hacía ahí, quien la había forjado o quien me la había puesto. Levanté la cabeza, miré atentamente a mi alrededor y vi una muralla enorme, probablemente de unos 25 o 30 metros de alto que rodeaba lo que parecía ser una gran ciudad. En ese momento escuché un ruido detrás mía, fui a ver y resultó que eigel también se metió en el portal. Le ayudé a levantarse y le miré.

Hikari: Así que era una idea de mierda entrar al portal, verdad?
Eigel: Oye no es gracioso, imagínate que te hubiera pasado algo, no me quedaba otra.
Nos miramos fijamente por un momento
Eigel: No vas a decir nada sobre qué tienes una espada que ha salido así de la nada?
Hikari: Y tu hacha?
Nos volvimos a mirar y decidimos ignorar el hecho de que llevabamos dos armas potencialmente mortales.
Tras eso nos dirigimos a la puerta de la muralla para entrar a la ciudad. Eigel y yo nos quedamos quietos admirando el enorme portón de madera, el cual no se movía ni un centímetro. Fue entonces que vi a un guardia apuntandome con un arco.

Hikari: Vale Eigel, ni se te ocurra moverte
Guardia 1: quietos! Quien sois y que hacéis aquí??
Eigel: Pues, nosotros tampoco lo sabemos, hemos llegado a través de un portal en otro mundo
El guardia miró a sus compañeros con un aire irónico que nos hacía ver como un par de locos que querían hacer a saber qué en esa ciudad.
Guardia 1: Quedáis arrestados por la guardia real, ni se os ocurra mover un solo dedo u os arrepentireis de ello.
Hikari: Genial, ahora nos quieren matar, gracias Eigel
Eigel: Pero vamos a ver, yo que iba a saber?
Hikari: Quizás si no vas diciendo que venimos de otro mundo y a través de un portal mejor.

La gran puerta se abrió dejando visible el interior. Una pequeña patrulla de unos 5 o 6 guardias nos quitaron las armas, nos ataron las manos y nos metieron a la ciudad. Era la primera vez que veía todo eso obviamente, pero era lo más bonito que había visto en la vida. Era una ciudad medieval, lleva de edificios y comercios. Las calles estaban llenas de gente, ya fuese paseando, comprando o simplemente charlando. Sin embargo, había un edificio que destacaba entre cualquier otro de la ciudad, gran palacio hecho de un material que parecía mármol, completamente blanco. Bueno, resulta que ese era el hogar de los reyes del Reino, que se hacía llamar "Seishidou". Los guardias nos llevaron hasta allí y nos metieron al palacio. Fuimos todo recto hasta que nos tiraron sobre una gran alfombra que, al elevar la mirada, se dirigía hacia un gran trono dorado donde estaba sentado un señor que parecía ser el rey.

Rey: Y bien, porque me traéis a estos dos?
Guardia 2: Ese chico dice que han llegado aquí a través de un portal y que sin de otro mundo, llevaban esas dos armas y no sabemos que pretendían hacer con ellas.
El rey se quedó mirando la espada como si no fuese la primera vez que la veía, lo que me hizo dudar del origen de la misma
Rey: Tenéis algo que decir en vuestra defensa?
Eigel me miró para que hablase yo y que no la volviese a cagar.
Hikari: Verá, atravesamos un portal y de la nada aparecimos en un bosque con esas armas y sin saber donde estábamos.
El rey soltó una gran carcajada tras oír mis palabras y nos miró a ambos despectivamente, como si todo lo que hubiésemos dicho fuera un despropósito y un sin sentido. Tras eso llamó a sus guardias, que se llevaron nuestras armas y luego nos arrastraron a los calabozos.

Nos llevaron hasta unas celdas en la parte subterránea del Palacio y nos dejaron encerrados allí, sin comida, agua ni luz.

Eigel: Y luego me dices que no hable sobre que hemos llegado por un portal?
Hikari: Vamos a ver, todo esto ha empezado por que has decidido abrir la boca cuando estábamos en la entrada
Eigel: Y que quieres que haga? Además todo esto está así porque tu decidistes entrar en ese portal.

Le miré fijamente y luego hubo un silencio que llenó toda la celda. Unas horas después de eso seguíamos sin hablar, así que decidí dormirme un poco,pero algo llamó mi atención al rato de intentar descansar. Se veía al fondo del largo pasillo que la puerta se había abierto. Poco después de eso alguien pareció aproximarse. Era una figura delgada, de pelo largo y más o menos de mi altura. Me quedé mirando hasta que la luz de la pequeña lámpara quedó delante mía. Era una chica joven, aproximadamente de mi edad. La chica parecía ser la hija del rey por como vestía, con un elegante vestido de seda con el que parecía algo incómoda y una pequeña chaqueta ya que allí abajo hacia bastante frío.

??: Y bien, qué hacen unos chicos tan jóvenes aquí? Hacía mucho que no veía a alguien de mi edad dentro de estas celdas
Hikari: Bueno, al parecer el rey no cree que hayamos atravesado un portal hasta llegar a este mundo

La chica me miró fijamente y sonrió, luego se sentó.

Suki: Me llamó Suki, y tu?
Hikari: Hikari, un gusto Suki
Suki: Y tu compañero?
Hikari: Bueno, el es...
Eigle: Eigel, me llamo Eigel, y tengo boca sabes?

Estuve hablando un par de horas con Suki, y mi teoría resultó ser cierta, pues era la hija del Rey Sora y la Reina Hoshi. Antes de marcharse, la pelinegra me contó que no creía que hubiese hecho nada malo y que nos habían encerrado por llevar esas armas ya que estaban relacionadas con una leyenda local. Tras eso me dijo que no creía que fuésemos ningún problema y que hablaría con su padre para liberarnos mañana. Sonreí aliviado y le di las gracias. Cuando se fue, miré a eigel que estaba completamente dormido, decidí entonces hacer lo mismo y esperar a ver que sucedía al día siguiente. A la mañana siguiente le conté todo lo que había pasado y pareció estar algo más contento. Pasaron las horas y el mismo rey junto a un par de escuderos nos llevaron hasta la misma sala donde se rieron de nosotros. A su lado estaba Suki sonriendo ya que había conseguido que el rey nos sacara de esa celda.

Sora: Veréis, después de analizar la situación e investigar, me he dado cuenta de que os juzgué injustemente, así que os ofrezco mis disculpas y la libertad, ya podéis iros. Tomad vuestras armas también y tened mucho cuidado con ellas no son armas corrientes.
Suki y yo nos sonreímos mutuamente y los escuderos del rey nos sacaron del Palacio.

Eigel: Y bien , ahora a donde vamos si se puede saber?
Hikari: si te digo la verdad, no lo sé, almenos ahí teníamos donde dormir.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2023 ⏰

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El reino de seishidouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora