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Después de tener otro encuentro a la salida y acordar el lugar y la hora de su encuentro el sábado, Ciel se fue a casa conteniendo las ganas de comenzar a chillar como un completo idiota, más que nada porque sabía que Sebastian se iba a enterar de que lo había hecho y no dejaría de molestarle con ello. Igualmente se burló de él cuando llegó a casa, justo cuando le ayudaba con algunas cosas relativas a sus deberes.

-Ciel, es la segunda vez que te explico y sigues con la mente en otro planeta.

-Perdón, no te escuché, ¿qué decías?

-Si no me escuchas a mí, que estoy a menos de un metro de ti, no sé que quedará para la pobre chica cuando estés hablando contigo.

-¿Cómo lo...? Digo, ¿a qué te refieres?

-Llevas 3 minutos sonriendo como idiota. _confesó con una expresión de burla, era mentira, pero sabía que, siendo Ciel, iba a morder el anzuelo rápido. No se equivocaba, pues al rato quedó viendo como el menor comenzaba a ponerse nervioso y la cara le enrojecía de paso_ Era mentira, Ciel.

-Te voy a matar.

-Te reto a intentarlo.

Con el reto llegó la pelea. Ciel comenzó a lanzarle los libros y las almohadas del sofá a Sebastian y este se las devolvía ni bien llegaban a su territorio del salón. Los padres del pelinegro permanecieron mirando la escena cuando ingresaron en la residencia, pero le restaron total importancia sabiendo cómo eran esos dos y se fueron a sus respectivos estudios para completar su trabajo del día. Ciel finalmente se hartó de lanzar objetos a Sebastian, así que se detuvo y regresó su atención a sus deberes luego de que el castaño le dijese que si no lograba acabarlos, iba a tener problemas y al final se acumularían el fin de semana. Era obvio que el de orbes azulados no pretendía lidiar con sus deberes el fin de semana, menos el sábado que el domingo, y ni hablar de perder tiempo de sueño el viernes.

Luego de acabar los deberes y dejar los libros en su respectivo lugar. El de hebras azabache se tomó la molestia de crear algunos planes en un pequeño blog de notas, pero terminaba arrugando hoja tras hoja, no conforme con los resultados. Pensaba preguntarle a Sebastian al respecto, pero desistió de dicha idea y se fue con su madre.

El grito de emoción de su progenitora llegó a cada rincón de la casa, pues hasta ese entonces Ciel había olvidado que no le había dicho a sus padres de su pequeño interés por cierta peli___, lo cual hizo que su madre perdiese toda la atención en las dudas de su hijo y que se pusiera a murmurar mil y un incoherencias inentendibles para el menor. Según lo poco que lograba descifrar, su madre ya estaba hasta orquestando fiesta de boda.

-¿Ya vas a prestarme atención? _preguntó con desgano el menor, sacando a su madre de su pequeña burbuja_

-Perdona, preguntabas qué sitios eran más adecuados para una cita, ¿no?

-Algo así.

-Bueno, a las chicas suele gustarnos ir de compras más que nada. Visitar todas las tiendas de un centro comercial siempre es el objetivo de todas. Y yo ya cumplí con él _admitió orgullosa, en cambio, su hijo se preocupaba más por el ataque sin piedad que sufrió la billetera de su padre en dicho momento_

-¿Recuerdas siquiera que no trabajo como para poder ir de tienda en tienda cumpliendo caprichos?

-Eso no tiene ningún problema _añadió la mayor con una sonrisa en su rostro, que lejos de denotar su enorme felicidad, parecía más que tramaba algo, cosa que su hijo no tardó en deducir_

-Madre, no– _intento decir, pero fue interrumpido por la susodicha, quien salió corriendo del estudio y fue directamente con su esposo, y él fue tras ella para impedir que hiciera lo que sea que tramase_ ¡Oye!

Desgraciadamente para Ciel, este no pudo detener a su madre, esta le había contado todo a su querido padre y este, que sentía cierta emoción también al saber que su hijo finalmente mostraba interés en otea cosa que no fuese él mismo, le aseguró que tendría a mano más que suficiente para recorrer cuanta tienda quisiera en su cita.

-Madre, te dije que no voy a ir de un lado a otro en un centro comercial.

-Vamos, Ciel. Si no consientes a una chica, no esperes que esta te mire siquiera. Un hombre debe hacer lo que un hombre debe hacer.

-Habla de hombría quien siempre me trata como un niño de 5 años _susurró para sí mismo mirando de reojo a su madre_

-Tu madre tiene razón, Ciel _intervino su padre_ Además, de no estar teniendo problemas con ello no hubieses consultado a tu madre. Tómale el consejo y haz lo que te dice, es mujer después de todo, sabe lo que le gusta a sus iguales.

-No sé yo si sean iguales... _comentó con cierta duda, haciendo una comparación mental entre ___ y su madre. Por mucho, su progenitora era más caprichosa y su interés por los grandes gastos era directamente proporcional al desinterés de ___ por cualquier cosa que implicase invertir dinero en lo que no una a usar_

-Bueno, si tan seguro estás, siempre puedes usar la vía fiable e ir a un parque de atracciones o un día de playa. También puedes llevarle a alguna excursión o cosas así. _sugirió su padre, aunque la expresión de su hijo permanecía dando a entender una sola cosa: Su padre estaba delirando. Lo peor del caso era que no podía preguntarle a la propia ___ qué le gustaría hacer, él le había invitado a una salida, por ende, no podía simplemente preguntar a dónde quería ir y arruinar la impresión al ser su primera salida_

-Creo que volveré a mi habitación y pensaré en algo... Pero mantendré en mente su ayuda... _dijo tras soltar un profundo suspiro de cansancio (aunque no había hecho nada) y salió del estudio de su padre para irse a su habitación y pensar en algo por su cuenta. Iba a ser una noche larga para él_

How to punish an Aristocrat [Ciel Phantomhive x Fem!reader] ©RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora