Creo que el profesor Hiddleston es una de las fantasías más disfrutables de este inglés hermoso. Así que espero que disfrutes la lectura y fantasees con este adonis perfecto en el mood de "profesor sexy".
¿Va a calificarme la tarea profesor?
10:50, aún estaba intentando parquearme. Vi mi teléfono y tenía más de 12 llamadas perdidas de mi compañera de tortura.
"la Bestia Hiddleston ya comenzó la clase. ¿Dónde demonios estás?"
Traté de no pensar en lo desafortunado que iba ser tener que interrumpir su clase. Porque cada que alguien llegaba tarde, ese viejo gruñón paraba la clase entera. Todo para hacer más obvio y humillante tu retraso.
"Estoy en el parqueo"
Tecleé rápido y bajé del auto, solo llevé la carpeta con el maldito trabajo final. Era para lo único que había venido hoy a la universidad. Porque claro, no hay nada más divertido que torturar a tus alumnos con un estúpido trabajo final una semana después del cierre de cursos.
"Corre, lo llamaron de rectoría"
Era mi oportunidad, era el momento en donde la vida me decía "¡Ánimo perra, no todo está perdido!".
Corrí por todo el pasillo y cuando solo faltaba unas cuantas puertas para llegar a mi salón, escuché como un estruendo retumbaba en la oficina de mi querido profesor.
La curiosidad es la peor, te hace meter tus malditas narices donde nadie te llama. Pero arriesgando mi valioso pellejo, me asomé y metí mi cabeza por la puerta entreabierta.
Nadie me había preparado para lo que vi a continuación, había papeles tirados por toda la oficina. Pude ver los restos de un baso dispersos por la alfombra y el hombre que me había hecho desvelarme durante tres días seguidos, estaba en una esquina sentado en el suelo y con su cabeza entre las piernas.
Mi parte racional me decía que me largara. ¿Pero cuando le hacemos caso a nuestra parte racional?
Entré, sin llamar ni nada. Caminé hacia la esquina donde se encontraba, me senté a su lado y saqué un chocolate de mi bolso.
— Los chocolates lo curan todo — le dije ofreciéndoselo.
Su primer instinto como persona normal, fue sorprenderse de mi presencia. Pero luego su gesto se endureció, se parecía más al ogro que teníamos que soportar.
— Señorita Stewart, debería de estar en clase — me contestó molesto.
— Usted también — le dije haciendo amago de toda mi valentía.
No dijo nada y solo se recostó en la pared.
— Los chocolates lo curan todo — volví a repetir y volví a ofrecerle el chocolate.
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Con amor, [One Shots]
FanficSerie de One Shots Historias basadas en personas famosas o personajes de ficción. Ideas locas que surgen en el momento.