Primera vez (Extendido. Steve, Nat)

1.9K 58 5
                                    

Bueno antes de empezar, se me ocurrió hacer una versión extendida de su primera vez. Además de que hay algunos que ni si quiera escribí la versión corta. Así que aquí estamos.

Subiré a dos personajes por capítulo, o tal vez más de uno, dependiendo de la extensión que quede cada uno.

Espero se haya entendido, y cualquier cosa me preguntan.

Pueden dejarme sus pedidos aquí mismo en los comentarios o por privado, como sea que ustedes prefieran. Sin miedo al éxito besties.

Advertencia: Smut.

<><><><><><><><><><><><><><><><><>

Steve Rogers

Steve y tú se habían ido de vacaciones juntos a una casa en la playa, propiedad de Tony que les ofreció ir como regalo de cumpleaños para el soldado.

—————

Días atrás...

–Tú lánzate con todo trigue. Estoy seguro de que te va a cedir que si.–Le dijo Tony a Steve, medio tambaleándose debido al alcohol en su cuerpo.Al fin y al cabo eres tu quien quiere esperar hasssa el marimonio

–Creo que me estoy arrepintiendo por haberte pedido consejos a ti. Lo bueno es que estás tan ebrio que no recordarás nada.–Dijo Steve levantándose de su asiento y dándole una palmada en el hombro.

–¡Solo usen procetión!–Gritó el playboy billonario, alzando la botella de whisky con una torpe sonrisa.

—————

Steve te estaba esperando sentando a los pies de la cama, en solo sus shorts de baño, jugando nerviosamente con sus manos mientras esperaba a que salieras del baño.

–Muy bien cariño. Ya estoy lista.–Dijiste saliendo con una de sus playeras y tu bikini puesto debajo.–¿Vamos a la playa o no?

Steve te quedó viendo con una sonrisa, extendiendo sus brazos para atraerte hacia él. Cuando te acercaste, te tomó por la parte de atrás de las rodillas, y te sentó sobre su regazo, escondiendo su rostro en tu cuello, dejando pequeños tímidos besos, a la vez que tú le abrazabas de vuelta.

–Quiero que lo hagamos...–Susurró sonando algo extraño debido a la cercanía de su boca con tú piel.

–¿Hacer qué?–Preguntaste con una pequeña sonrisa, acariciando su cuello y cabello.

–Quiero tener relaciones contigo.–Te dijo alejándose un poco para verte a los ojos.–Quiero que seas mi primera vez.

La verdad nunca te imaginaste que Steve querría hacer algo antes del matrimonio, por lo que te sorprendió bastante al entender a lo que se refería. Pero una pequeña sonrisa se formó en tus labios, y le besaste tiernamente, posando ambas de tus manos en sus mejillas.

–Entonces hagamoslo.–Susurraste sobre sus labios, antes de volver a besarle con mucha más pasión, introduciendo tu lengua en su boca y recostándolo en la cama. Mientras movías tus caderas para comenzar a crear fricción entre ambos.

–¿No necesitamos protección?–Te preguntó Steve, separándose un poco y posando ambas de sus manos en tus caderas.

–No tengo útero así que no va a ser necesario querido.–Le dijiste al oído, a medida que comenzabas a besar su mandíbula y luego su cuello sin dejar de moverte, haciéndolo gemir suavemente.

Introdujiste tu mano dentro de su traje de baño, para comenzar a masajearlo suavemente, dejando marcas en su cuello. Guiando su mano por debajo de tus bragas del bikini, y ayudándole a tocar los lugares en que lo necesitabas.

Ya cuando no pudiste resistir más, terminaste por quitarte toda la ropa, Steve copiando tus movimientos, mientras te miraba con adoración. Pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se sonrojó profundamente y apartó la vista de tú cuerpo rápidamente.

–Y-yo lo-lo siento no debí—Iba disculpándose, cuando volviste a estrellar tus labios con los de él, y tomando sus manos para que masajeara tus pechos.

–No tienes por qué disculparte, Steve. Sólo déjate llevar y observa todo lo que quieras.–Susurraste mientras tomabas su erectado pene en tú mano, y poco a poco comenzabas a deslizarte en él, hasta que quedara completamente dentro de ti.

Al sentir como tus paredes luchaban por aceptarlo, soltaste un gran gemido, al igual que Steve mientras se acostumbraban a la nueva sensación.

Poco a poco comenzaste a moverte sobre él, atrayendo sus manos hacia tus pechos, donde los apretó suavemente y comenzó a jugar con tus pezones hasta erectarlos.

Tus movimientos eran rápidos, y el hecho de que Steve haya comenzado a mover sus caderas hacia arriba, tocando justo tú punto sensible, provocó que ya no pudieras aguantar y tú orgasmo arrasara contigo, Steve siguiéndote segundos después, expulsando su semilla dentro de ti.

Luego de que ya la ola de placer haya pasado, ambos se recostaron en la cama, Steve acercándose a ti y escondiendo su rostro en tú cuello, mientras te abrazaba y dejaba pequeños besos en tú piel.

–¿Estás bien?–Le preguntaste jugando con su cabello y acariciando sus hombros.

–Eso fue increíble...–Te dijo riendo ligeramente.

Natasha Romanoff

Nat y tú se encontraban en tu habitación en tu departamento, en medio de una acalorada sesión de besos en tú cama, y las cosas estaban avanzando bastante rápido.

Estabas arriba de Nat, pasando tus manos por todo su cuerpo descaradamente, al igual que ella en el tuyo. Ya ambas sin playera, pero cuando ibas a comenzar a desabrochar sus pantalones, Nat se puso nerviosa y se separó repentinamente, sentándose en el borde de la cama.

–L-lo siento yo—Habló nerviosa tratando de ordenar sus ideas.

–Hey, está bien. Si no quieres hacer nada no hay de que preocuparse.–Le aseguraste tomando ambas de sus manos en las tuyas, ofreciéndole una tierna sonrisa.

–No, no es eso... es solo que...–Soltó un suspiro pasando ambas de sus manos por su cabello, para luego jugar nerviosamente con ellas.

–¿Es solo qué Nat?

–E-es que yo... he tenido relaciones antes... pero no con una mujer...–Dijo mirando hacia sus manos avergonzada, temerosa de lo que podrías llegar a decir.

Una pequeña sonrisa se formó en tús labios, y levantaste su rostro con tu mano por su barbilla, para luego tomar ambas de sus manos y besarlas.

–No hay nada de que avergonzarse preciosa.–Le dijiste dulcemente acercándote a ella.–No tienes que avergonzarte por ello. Además, no es necesario que hagamos nada ahora, cuando estés preparada tal vez—

–Es que si quiero... solo que nunca he hecho esto antes.–Te dijo con una tímida sonrisa, entrelazando su mano con la tuya.

–Bueno en ese caso... lo único que tienes que hacer es relajarte y dejarte llevar, nada más...–Le dijiste, para luego acercarte y besarle lentamente los labios.

Poco a poco, comenzaron a retomar el ritmo de antes, ella volviendo a quedar debajo tuyo en la cama, mientras sus manos volvían a recorrer el cuerpo de la otra, ambas dejándose llevar por la magia del momento, ya más relajadas y confiadas que antes.

Avengers preferencias 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora