Lo confortas después de una ruptura (Pietro, Scott)

785 29 0
                                    

Pietro Maximoff

Te encontrabas en tu habitación en la Torre, sentada en tú cama apoyada en la cabecera, simplemente viendo fotos tuyas con Pietro que él mismo había tomado, o tu, aunque las tuyas más borrosas ya que aún te costaba un poco acostumbrarte a la tecnología de estos tiempos.

Desde que te encerraron en la celda frente a la suya en Hydra, Pietro ocupó un lugar especial en tú corazón, adueñandose de él en el proceso y sin darse cuenta de ello. Lo cual te dolía ya que sabías que lo de ustedes nunca podría existir.

De pronto, tu puerta se abrió, y el velocista entró, cerrandola tras él, y recostándose contigo en la cama, abrazándose a tus piernas y pasando la suya por encima de las tuyas.

–¿Todo bien?–Le preguntaste algo confundida por lo que acababa de suceder, dejando tu teléfono a un lado.

–Jessica me engañó.–Dijo con su acento muy marcado y voz algo ronca de tanto haber llorado, escondiendo su rostro en tus piernas.

–¿A qué te refieres con eso?–Volviste a preguntarle, sonando algo molesta esta vez.

–Llegué a su apartamento, y la encontré en la cama con otro hombre, con su lengua en la garganta de ella y... su...–Dijo, no pudiendo completar realmente la frase correctamente.–Los dos estaban desnudos. Estaban haciendo fondue.

No sabías como reaccionar ante lo que acababas de escuchar. Una cosa que tenías clara, era que querías ir y darle la paliza de su vida a Jessica.

–Ya vuelvo, tengo que hacer algo.–Le dijiste apartándolo suavemente, y levántandote de la cama, antes de sentir que no podías moverte con facilidad. Al voltear la cabeza, viste a Pietro sujetándote de la manga de tu suéter, evitando que pudieras avanzar.

–Printsessa por favor, no me dejes... sé que quieres ir donde ella, pero por favor... no me dejes, te necesito.–Te dijo acercándose a ti, y apoyando su frente en tú pecho, abrazándote débilmente, mientras lágrimas corrían por sus mejillas.

–Bien, me quedo.–Respondiste soltando un suspiro, recostándote en la cama, sabiendo que Pietro querría que lo abrazaras y jugaras con su cabello ya que lo calmaba. Bueno, tampoco es como que habría algo que no harías por este hombre.

Ambos permanecieron en silencio por varios minutos, tú solo jugando con su cabello, mientras Pietro te abrazaba y dejaba que sus lágrimas corrieran libres por su rostro. Eso, hasta que una duda surgió en la cabeza del velocista.

–¿De verdad estabas dispuesta a ir donde ella?–Te susurró ya un poco más calmado.

–¿De ir y darle una paliza?–Le preguntaste, a lo que él respondió con un sonido de afirmación.–Pues si, si lo habría hecho. Eso y más de haber sido necesario.

–¿Pero por qué?–Volvió a interrogar, recostándose ahora junto a ti viendo en tu dirección, y tú copiando sus movimientos.

–Pues porque me preocupo por ti, Pietro. Me importas, y no quiero que sufras ni que te hagan daño.–Respondiste viéndole a los ojos, para luego bajar la mirada.–No hay nada no haría por ti.

Al escucharte, el rostro del velocista cambió a uno de confusión.–¿Qué quieres decir con eso?

–Lo que escuchaste, haría cualquier cosa por ti sin dudarlo dos veces.–Le respondiste levantando la mirada hacia él.

Pietro siempre pensó que tus ojos eran hipnotizantes. Podía pasar todo el día viendo en ellos, y jamás se cansaría. Y no era hasta ahora que se daba cuenta de la real importancia que ocupabas en su vida, y él en la tuya sin necesidad de intercambiar ni una sola palabra.

Avengers preferencias 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora