Primera vez (Extendido. Tony, Wanda)

1.5K 54 0
                                    

Advertencia: Smut

<><><><><><><><><><><><><><><><><>

Tony Stark

Había sido un largo día en la sala de emergencias, y lo único que querías era darte una ducha y dormir abrazada a Tony toda la noche. Así que en lugar de ir a tú departamento, fuiste a la Torre, directamente al piso donde Tony vivía y tenía su cuarto.

Como era de esperarse, estaba en su laboratorio, así que simplemente te diste una ducha, mientras FRIDAY le avisaba a tu novio que habías llegado.

Tony literalmente corrió hasta su piso, y cuando abrió la puerta del baño, estabas secándote el cabello ya vestida.

–¡Pero que bella sorpresa querida!–Te saludó alegremente, acercándose por detrás para abrazarte y dejar besos en tú cuello y hombros.

Apagaste la secadora de pelo y la dejaste a un lado, posando tus manos sobre las de él e inclinándote hacia atrás en su pecho.

–¿Todo bien?–Te preguntó dándote la vuelta. Te abrazaste a él y escondiste tu rostro en su cuello, respirando su esencia y disfrutando de la calma del momento.

–Sí, todo bien... solo los típicos pacientes insoportables. Y los internos que me estresan, pero nada más.–Le dijiste tomando su rostro con ambas manos, y dejando un tierno beso en sus labios, para después volver a la misma posición en la que estaban.–Lamento si hoy no estoy como todos los días, es el estrés del trabajo.

Ambos se quedaron así por un largo rato, mientras Tony debatía en su cabeza de si sería apropiado sugerir lo que tenía en mente o no.

–Yo podría ayudarte con eso...–Dijo algo nervioso. Nunca antes le había causado tanto nerviosismo proponerle a alguien tener relaciones, pero contigo todo era diferente. Siempre has tenido ese efecto en él.–Puedo ayudarte a aliviar el estrés.

Te apartaste solo un poco para verle a los ojos, sus rostros a centímetros del otro, y sus labios a la nada de tocarse, pero sin hacerlo realmente.

Tus ojos se desviaron levemente hacia sus labios, para luego volver a verle fijamente. Y poco a poco ambos comenzaron a acercarse, hasta envolverlos en un tierno, pero a la vez apasionado beso.

Tony te tomó de las piernas, pasándolas por su cintura, y te cargó en sus brazos hasta la cama, recostándote suavemente, él quedando sobre ti sin dejar tus labios en ningún momento.

Pasó su mano bajo la playera que estabas usando, que por cierto era de él, hasta llegar a tus bragas, y hacerlas a un lado, insertando dos dedos en ti. Haciéndote gemir en su boca.

–Déjame hacerte sentir bien...–Susurró en tus labios, mientras sus dedos hacían maravillas dentro de ti.

Posaste ambas de tus manos en sus hombros, apretando con fuerza y cerrando los ojos a la vez que soltabas un gemido.

Tony comenzó a dejar besos en tú mandíbula y cuello, poco a poco bajando más y más, hasta llegar a tus muslos y dejar tiernos besos en ellos.

Sacó sus dedos de ti, para luego quitarte por completo las bragas, y abrió aún más tus piernas, siendo gentil en todo momento. Y antes de hacer nada, te miró buscando tu aprobación, a lo cual sólo respondiste asintiendo con la cabeza.

Una vez sabiendo que estabas de acuerdo, trazó una línea recta en tu femineidad con su lengua, haciéndote arquear la espalda y gemir fuertemente su nombre, con una mano apretando su cabello y la otra agarrando con toda tu fuerza las sábanas, hasta el punto en el que tus nudillos estuvieran blancos.

Su lengua hacía maravillas en ti, a la vez que con una mano apretaba tu muslo, y la otra la llevaba dentro de ti para darte aún más placer.

–T-tony...–Gemiste llevando tu mano que estaba en las sábanas hacia uno de tus pechos, donde comenzaste a masajear y apretar suavemente.

–Adelante preciosa... sé que estás cerca...–Dijo desde su posición en tú entrepierna, trabajando aún más rápido y devorándote completamente.

No pasó mucho hasta que tu orgasmo arrasó contigo, haciéndote gritar su nombre y arquear la espalda.

Una vez que tragó todo lo que tenías, se acercó nuevamente a tus labios para dejar que tu lengua explorara su boca libremente.

Cuando se separaron por falta de aire, ambos tenían grandes sonrisas en sus rostros y respiraban agitados.

–Sabía que eras bueno... pero nunca me imaginé que ASÍ de bueno...–Le dijiste con una pequeña risita, tratando de recuperar el aire perdido.

–Y eso que aún no has visto todo, hermosa.–Respondió acariciando tú mejilla con una mano.

–Aún me siento algo estresada, ¿Te importaría seguir ayudándome?–Le preguntaste coqueta, bajando tus manos para desabrochar su cinturón y bajar su pantalón.

–Encantado.–Contestó con una sonrisa igual de coqueta que la tuya.

Wanda Maximoff

Wanda no tenía para nada de experiencia debido a su tiempo en Hydra y además que tampoco nunca se le había presentado la oportunidad. Tú por otro lado, sí, y el hecho de que ya supieras como hacer estas cosas, le avergonzaba ya que ella no tenía ningún tipo de experiencia previa.

Sin embargo aquí estaban, Wanda con su cabeza metida en tú entrepierna, y tú asimilando como es que sin
experiencia, sabía mover su lengua y dedos tan bien.

Primero fuiste tú quien le trajo placer a la pelirroja, y una vez ya acabado, ella quiso intentar y dejarse llevar por la magia del momento, ¿Y quien eras tú para negarle algo a esa mujer con rostro tan bello?

A pesar de que al principio tuviste que guiarla, pronto agarró el ritmo sola, y no pareciera que fuese su primera vez, parecía toda una experta.

Tus paredes comenzaron a apretar sus dedos, y su lengua seguía trabajando a una velocidad que te hacía ver estrellas. Y cuando tu orgasmo arrasó contigo, gritaste su nombre tan alto, que probablemente todos en la Torre te escucharon.

Wanda volvió a recostarse a tu lado, y te dio un gran y apasionado beso en los labios, ambas explorando la boca de la otra con sus lenguas, para después quedar abrazadas en la cama. Disfrutando de la compañía de la otra, entre caricias y pequeños besos.

–Sabía que esas manos servían para algo más...–Le susurraste con una pequeña risa, aún algo falta de aire y dejando húmedos besos en su hombro.

–Las tuyas fueron mucho mejores. Al menos ahora sé que experimentos no es lo único que sabes hacer...–Respondió en el mismo tono de voz, con una tímida sonrisa.

Avengers preferencias 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora