La reconciliación (parte 3/3)

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Natasha Romanoff

Durante el día, Nat se quedaba en la Torre ya que no querías ni verle la cara. Cuando debías ir a trabajar, ella iba a la casa y se quedaba con los niños. Y luego volvía a irse cuando llegabas del trabajo. Las cosas se mantuvieron así por más o menos cuatro meses.

Un día por la noche, ya no se pudo aguantar más y le pidió a Yelena que se quedara con sus hijos para poder arreglar las cosas. A lo cual ella aceptó, solo porque se hermana intentaría enmendar su error.

Cuando ibas saliendo del restaurante, te encontraste con ella esperando fuera del auto apoyando, su espalda en él. Al verte, su rostro se iluminó y un brillo apareció en sus ojos.

–¿Qué estás haciendo aquí y no con los niños?–Le preguntaste molesta acercándote a ella, dejando distancia entre ustedes.

–No te preocupes, los dejé con Yelena. Vine hasta acá porque quería—quiero, arreglar las cosas contigo. Ya no soporto estar lejos de ti, corazón.–Te dijo con los ojos llenos de lágrimas, tratando de acercarse a ti.

–Debiste haber pensado en eso antes de engañarme con Banner.–Le dijiste tragando el nudo en tu garganta, caminando lejos de ella.

Nat comenzó a seguirte y se puso frente a ti para impedir que siguieras avanzando.

–Cometí un error, eso está claro. Y te prometo, te juro por la vida de nuestros hijos que ya no lo sigo viendo.–Te dijo tomando tus manos en las de ella.

–No involucres a los niños en esto, Natalia porque ellos no tienen nada que ver con me hayas engañado con científico loco ese.–Le dijiste haciendo uso de su nombre de nacimiento, apartando sus manos.

–Lo sé, y créeme que no hay día en el que no me arrepienta de ello. Todos los días me repito lo mismo, de que lo arruiné y de que ya no voy a poder recuperarte. Pero si hay una pequeña oportunidad, no importa que tan mínima sea. Estoy dispuesta a tomarla.–Te dijo volviendo tomar tus manos, llorando silenciosamente.–Estoy dispuesta a hacer lo que sea para recuperarte, T/N. Los niños y tú son lo más importante que tengo.

Sin decir nada, la quedaste viendo un par de segundos a los ojos. Viendo lo afligida y arrepentida que estaba. No era nada común ver llorar a Natasha, sin embargo aquí estaba, frente a ti, sollozando silenciosamente. Suplicando por tú perdón.

–Bien... te voy a dar otra oportunidad. Pero más te vale no—Le ibas diciendo apuntándole con el dedo índice, cuando estrelló sus labios con los tuyos, llorando de felicidad y arrepentimiento.

Wanda Maximoff

Tal y como supusiste, Billy se terminó enterando de lo ocurrido, y ni si quiera le dirigía la palabra a Wanda. Tommy no entendía el enojo de su hermano hacia su mamá ya que el otro no le comentó nada al respecto.

Ninguna de las dos se fue de la casa, pero tu usualmente te ibas a dormir con Billy a su cama, y después te ibas antes de que Tommy despertara.

Un día en el que los niños estaban en la escuela y tú hermano había salido a pasear con Ania, Wanda aprovechó la oportunidad para poder hablar contigo.

Fue hasta su habitación donde estabas terminando de guardar la ropa limpia, nerviosa sin saber realmente muy bien qué decir.

–T/N... ¿Podemos hablar?–Te preguntó nerviosa desde la puerta.

Ni si quiera te molestaste en mirarla, y le ignoraste por completo. Wanda tragó el nudo que se le hizo en la garganta mientras jugaba con sus manos y las ocultaba con las mangas de su suéter.

–Entiendo que estés molesta, y estás en todo tu derecho. Solo necesito que sepas cuánto lo siento.–Habló con voz temblorosa y lágrimas en los ojos.–Solo estaba—

Avengers preferencias 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora