Avengers preferencias 2

La reconciliación (parte 1/3)

Solo para aclarar antes de empezar, esto sería la segunda parte de los capítulos anteriores donde te es infiel. También me pidieron la reconciliación.

Otra cosa, no quiero que piensen que con esto estoy normalizando la infidelidad. Es solo parte de la petición y un capítulo más. No estoy normalizando nada aquí.

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Steve Rogers

Steve estaba desesperado. Habían pasado ya dos semanas, y aún no sabía dónde te habías ido con los niños, y no contestabas ninguna de sus llamadas ni mensajes. Se arrepentía tanto de haberte hecho algo así, y lo único que quería era poder enmendar las cosas.

Fue hasta la granja de Clint, pero él no sabía nada de ti. Ni si quiera estaba enterado de su discusión ni mucho menos de lo ocurrido. Suerte para el capitán, ya que o sino, hubiese terminado con una flecha en cada ojo.

Fue a la Torre, y tampoco. Así que como último recurso, fue a todas las casas donde vivían todos los Vengadores, con la esperanza de que estarías quedándote con alguno de ellos. Hasta que llegó a casa de Wanda.

Llamó a la puerta, ya cansado y haciéndose a la idea de que no estarías ahí. Y fue Vision quien le abrió.

–Buenas tardes Capitán, ¿Puedo ayudarle en algo?–Le saludó el androide.

–Hola Vision, ¿Acaso está mi esposa aquí?–Le preguntó tristemente.

–Así es. La Agente Rogers lleg—Iba hablando Vision, cuando Wanda le interrumpió.

–¡VETE DE MI CASA STEVE SI NO QUIERES QUE VAYA Y—Comenzó a acercársele Wanda muy enojada, por lo que tuviste que ponerte frente a ella y detenerla para que no siguiera avanzando.

–Calma, Wanda. Tranquila, yo hablaré con él.–Le dijiste llevándola hacia adentro nuevamente.

La bruja no le quitó los ojos de encima al soldado detrás de ti.–Bien. Pero sí pasa algo, estaré lista para venir.–Te dijo, para luego darte un abrazo y meterse nuevamente en la casa junto a su esposo, dejándolos a ambos fuera.

Cuando te volteaste hacia Steve, tenía los ojos llorosos y se le veía muy nervioso. Tenía ojeras como si no hubiese dormido en días, el cabello desordenado, e incluso se le veía hasta un poco más delgado a de como le recordabas.

–Quer—T-t/n yo... lo siento tanto, fui tonto. Jamás debí hacer eso. Dejé de hablar con ella el mismo día que te fuiste y créeme que estoy muy arrepentido por lo que hice. No sé en que estaba pensando yo—Comenzó a hablar rápida y desesperadamente, mientras se acercaba a ti, y silenciosas lágrimas caían por sus mejillas.

–¿Acaso no soy suficiente para ti?–Le preguntaste con el dolor evidente en tú mirada, y lágrimas amenazando con salir.–¿Acaso tus hijos y yo, tú verdadera familia, no somos suficientes para ti ahora?

–¿Qué? Querida, jamás pienses eso, ustedes lo son todo para mi. Sin ustedes no puedo vivir. Las dos última semanas han sido una completa tortura. Sobre todo porque sé que te causé daño.–Te dijo tomando tus manos y bajando la mirada avergonzado.–Haría lo que fuera porque me dieras una segunda oportunidad.–Susurró viendo hacia tus manos, donde vio que aún no te quitabas el anillo de bodas.

Unos segundos de silencio pasaron, hasta que volviste a hablar.–No sé quién de los dos sea más tonto. Si tu por engañarme... o yo por darte una segunda oportunidad.–Le dijiste en voz baja.