Mi Dama del Circo (Sebastian Michaelis y tu)

Cap 35: Desenterrando el pasado

El ambiente de la lúgubre funeraria jamás ha sido tan callado y tenso como esta noche de excepcional frío.
La gabardina roja de la única shinigami presente cubre mis hombros. No es que padezca por la temperatura, pero un profundo escalofrío me llega hasta los huesos, erizando cada uno de mis vellos a lo largo de mi cuerpo.

Grell y Undertaker se apartaron unos minutos a solas para hablar, incluso llevaron consigo a William con ellos a otra habitación. Sin embargo, le pidieron a Ronald que se quedase conmigo para poder controlar que estuviese bien.
Él hace ocasionales bromas sutiles cada tanto y para de hablar sobre temas completamente al azar, pero es como si supiese lo que está por venir. Ni siquiera puedo escuchar qué es lo que hablan en la otra habitación, es como si estuviese en completo silencio a sabiendas del poder u capacidad de mi audición.
Ver tanta neutralidad en los ojos verde amarillento de Knox es lo que provoca que me alarme. No como para prepararme para una pelea, pero si para alzar la guardia y esperar algo quizás me mueva el suelo de una sacudida.

- ¿Por qué tardan tanto? Sólo vinimos a hablar, no a planificar un secuestro, un robo o un atentado.. - digo a Ronald, mirando fijamente a la puerta por donde los tres se fueron

- Solo están...organizando ideas, cosas de esas, ya sabes.. Pero no hagas trampa, ¿no recuerdas que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? - contesta risueño, dandome vueltas en su podadora

Si, me hizo sentarme sobre la podadora, con las rodillas contra mi pecho, para así darme unas vueltas por el lugar. Incluso en algunas ocasiones salimos a la calle para no alborotar el lugar de trabajo del legendario. Es un juego bastante tierno. Pero no estoy tranquila con esos tres ahí reunidos.
Son el sol, el atardecer y la noche. Una es bella, radiante y vivaz, cargada de energía, calor y brillo. Otro a veces es tan frío que sorprende el momento en que toda esa imagen se transforma en calidez, pero sea como sea es fácil encariñarse si le cazas el ritmo. Y el último oculta incontables enigmas detrás de un velo de belleza plateada, que puede ser tan divertido como peligroso.

Veo el reloj de muñeca de Rony. Las manecillas avanzaron bastante y el tiempo se me acaba para tener que volver a la mansión a seguir con mis tareas diarias, que ahora son más de las que acostumbraba a hacer incluso.
Sebastian debe haberlos interrogado una que otra vez a los chicos y a Mey, solo espero que no haya sido hiriente o realmente me sentiré mal, y muy culpable. Ya de por sí a veces se pasa de la raya y me molesta, no imagino si por mi culpa ellos se viesen perjudicados.

Saliendo de esos pensamientos, vuelvo al presente. Donde hay tres shinigamis reunidos en la misma sala, charlando sobre un secreto que pareciera ser más increíble que el hecho de que el vejestorio de la reina aún no haya muerto.

- Rony...

- ¿Qué pasa, calabaza?

- ¿Hay algo malo en mí? - al mirarlo, en sus ojos encuentro desconcierto

Se queda callado.. casi y ni pestañea.. ¿Su silencio será una confirmación?
Su cuerpo quedó estático en tanto hice la pregunta, apenas su pecho sube y baja con su respiración. Puedo sentir la tensión en sus músculos. Incluso ver la presión que ejerce sobre el manubrio de la podadora.
Lo sé. Quizás siempre supe que yo..

- Por supuesto que no - responde con una sonrisa amplia, sentándose en el suelo en frente mío -. Eres nuestra muñequita, nuestra princesa zafiro... Claro que no eres perfecta y hay algún que otro detalle, pero de todos modos somos tu familia y te adoramos desde el momento en que Blair dijo que estaba embarazada

- Que sean mi familia no siempre quiere decir que me tengan que amar... - murmuro temerosa, sintiéndome extrañamente desmerecedora de todo aquello

- Tú nos elegiste como tu familia, al igual que tu madre. Y nosotros también las elegimos.., así funcionan las familias del corazón, las conoces en el camino de la vida y eliges conservarla cerca - su mano termina en mi mejilla de forma suave, regalándome otra dulce sonrisa -. Nosotros elegimos amarte por quién eres, incluso en tu interior.. y elegimos permanecer a tu lado pase lo que pase, seas quien seas