Capítulo 1

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Es costumbre mia siempre ir por un batido de fresa antes de empezar con mi trabajo aqui en Brasil. ¿El mejor lugar para encontrarlo? Mi cocina. Cada noche antes de irme a dormir hago un batido de fresa para cuando yo despierte este bien frio, algo asi como un helado pero medio liquido, te lo recomiendo, te despierta al instante.

— Mmm, delicioso.

Voy directo a mi sala de trabajo y...

— Walaa!

Bienvenidos a mi estudio señores, como ven, hago las mejores piñatas de Brasil. Desde Pony's, Carros, Dinosaurios, literalmente de todo. Les cuento, mi negocio empezo cuando tenia 17 años, mi mamá y mi papá me apoyaron porque vieron que tengo talento, no somos una familia adinerada, pero tenemos todas nuestras comodides. Todo lo que tengo hoy en dia, mi apartamento, mi ropa, mis zapatos, mi sofá son gracias a ellos y a mi negocio.

La verdad es que me hace feliz hacer felices a otros, cada vez que hago mis entregas a la gente me alegra ver esas sonrisas en sus rostros al recibir lo que ellos pidieron.

Como esa vez que le entregue una piñata de mariposa a Amaia, es una dulzura de niña, se puso muy feliz ¿como no olvidarlo?

— ¡Mami! ¡Mami! ¡Mamita! ¡Ya llego mi piñata de mariposa!

Sip, definitivamente eso me hizo muy feliz.

Mi telefono empezó a sonar, ¿Quién sera?

Marc.

— ¡Hola, Marc! ¿Qué hay de nuevo?

— Nada nuevo, Angela. ¿Quieres salir a comer papas fritas conmigo? A las... Olvidalo, ahora mismo, estoy en la puerta de tu apartamento.

— PFFF.

Escupo el batido

— Jajaja, espero que estes bromeando, Marc. No me he bañado aun, y estaba a punto de ponerme a trabajar.

— Abreme.

Camino hacia la puerta y la abro.

— Sabia que me dirias eso, asi que traje las papas conmigo. Apartate.

Entra a mi casa como un ladron y se sienta en el sofá.

Cierro la puerta y me siento a su lado a comer papas.

Marc es mi mejor amigo, somos como hermanos literalmente, nos conocemos desde los 12 años, ambos nos entendemos muy bien. Si tenemos algún problema lo resolvemos de inmediato, sin rodeos ni nada de esas estupideces. Nuestras madres se llevan de maravilla y ambos nos tenemos mucha confianza. Es como mi alma gemela pero en versión mejor amigo.

— Marc, ¿como va la universidad?

— ¡Es una pesadilla! !Los profesores te succionan el alma! Todo es un desastre, mis amigos, bueno, si es que se les puede llamar amigos, me dejaron solo en un examen ayer. Ay Angela eres mi unico consuelo en este momento.

Se arrecuesta en mis piernas y lo miro por un momento.

— Marc, pareces un niño.

Menciono mientras le acaricio el pelo.

— Y tu pareces mi mamá.

Ambos reimos.

— Por cierto marc, ¿Qué paso con la chica que me mencionaste la última vez?

— Oh... bueno, ahora estamos saliendo, literalmente, es mi novia.

— Vaya... Que desgracia, lo siento mucho por ella.

Rio.

— Angela, no seas tan cruel ¿si?

— Bueno, bueno.

Pasamos el rato charlando y comiendo papas. Hasta que se hizo la hora de él irse.

— Avisame cuando llegues.

Sonrío.

— Si, mamá...

Me devuelve la sonrisa, antes de desaparecer tras las puertas del ascensor.

— Ahora si, a trabajar.

Entro a mi apartamento y en el salón de trabajo me pongo a recortar papel crepe amarillo y naranja, estuve asi alrededor de 1 hora. Luego recorte un poco de cartón y empece a hacer la forma de un sol, luego pegue y...

— ¡Listo!

— ¿Que hora sera?

Miro el reloj y eran las 12 de la tarde.

— Bien, es hora de hacer el amuerzo.

𝓔𝓷𝓬𝓸𝓷𝓽𝓻𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓔𝓵 𝓡𝓸𝓶𝓪𝓷𝓬𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora