A veces se gana y a veces se pierde

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Se acercaba cada vez más el momento de cierre de la feria y por ende el cierre de los puestos, todos los que habían tenido a su cargo un pequeño negocio se encontraban vendiendo lo último que les quedaba mientras otros se disponian a contar lo recaudado de sus cajas de cobro, esto debido a que debian entregar en un pequeño papel la cantidad que habían vendido para premiar al puesto con más ventas, cada quien tenia su propia categoria, desde los juegos, pasando por la comida, bebidas y demás puestos de ocio, Jing Zixuan se encargo de contar el dinero del puesto de su pequeño hijo quien se encontraba dormido en los brazos de su madre, luego de habersela pasado jugando a los porristas con Lan Jingyi, ambos se encargaron de animar a sus mayores vendiendo atrayendo con sus rostros adorables a los comensales; por otra parte madame Yu se encargaba de vigilar que su esposo terminara de recolectar  los pocos postres que habían sobrado.

----Mi señor deberiamos regalarlos a los que pasen....---- comentó.

---Porque no mejor pasamos a algún albergue o casa hogar, ellos lo necesitan más, los postres de nuestra hija duran mucho mantengamoslo refrigerados y levemoslos temprano...--- le sonrío. 

Zi Yuan no hizo más que sonreir y asentir, su esposo era muy caritativo y dulce, en su hija precedia esa misma bondad y amabilidad.

---Por cierto y... ¿mi A-Cheng? no lo he visto, tampoco he visto al atrolondado de A-Xian desde que se metio al puesto del viejo Qiren...--- Replicó Zi Yuan mientras observaba por el pasillo si se veían cerca.

---Dejalos madre, seguro deben estar disfrutando la feria... jugueteando por ahi....--- comento Yanli.

---- Seguro están con los hermanos Lan, despues de todo el Ministro Lan se encuentra solo con su sobrino...--- Señalo con su lapíz hacía el puesto donde el mayor contaba billetes y su sobrino juntaba los platos sucios que encontraba en las mesitas. 

---El pequeño Yingi es muy activo y ruidoso, pero aun así tiene un poco de los Lan....mi querido nieto ya habría tirado esos platos.---menciono la matriarca de la familia viendo al pequeño que pronto caería dormido.

  Una vez terminaron de contar lo reacaudado y de haber levantado lo más posible su puesto para que los empleados no tuviesen problemas a la hora de cargar todo a la hora de recoger toda la feria, se acercaron para ayudar a Qiren quien tenía a su sobrino ya en brazos mientras resguardaba su mascara de jabali.

----Gracias Fegmiang por la ayuda, no se donde se encuentren mis sobrinos en estos momentos.--- Comento con mucha pena el Lan mayor.

----Descuida Qiren, despues de todo puede que pronto nos hagamos más cercanos...--- sonrío.

---Debemos acercarnos a la plaza principal de la feria debemos dejar nuestros sobres y mi Jing Ling deberá despertar para recoger su premio.--- comento Zi Yuan acercandose para caminar del brazo junto a su marido.

---Ya lo veremos madame, no cante victoria.--- Contra ataco Qiren caminando al lado de la pareja; pronto la pequeña plaza se encontraba repleta de personas, niños y jovenes jugando y corriendo, algunos aun comiendo, dentro de toda la multitud se encontraban Lan Zhan y Wei Ying junto al profesor Hua Cheng quien muy contento presentaba su pareja, ambos muy tiernos con sus disfraces de Morticia y Homero Adams.

----No pensé que tu esposo sería así de bonito compadre, ¿Cómo es que te hizo caso?.--- comentó sonriente Wei Ying quien se recargaba del hombro de su ahora novio. 

----Mi queridisimo profesor Wei la verdad los dioses se apiadaron de mi, desde muy pequeño en cuanto vi a mi "cara mía" quede prendado, mi nana solía decir que los dioses daban buena fortuna y yo rezaba para que mi Xie Lian me hiciera caso, despues de todo él era mayor, yo lo veía escondido me subía a un árbol del parque mientras él vendía limonada junto a sus amigas que eran exploradoras, hasta que un día de lluvia no me fije y caí del arbol raspandome, todos los niños mayores reían de mi porque ya estaba llorando lleno de lodo, pero mi esposo bello, se acerco, me limpio con su pañuelo y me llevo a casa, desde ahi no me separé de él.--- Hua Cheng contaba muy enamorado su historia, por otro lado su esposo sonrojado hasta las orejas trataba de esconder su rostro en el pecho de su marido. 

La primavera de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora