[#2] Algo Entre Nosotros (Recuerdos y Verdades)

Capítulo 27

Zack

Habíamos perdido el caso, obviamente mi padre nos advirtió que aunque nos esforzáramos más de la cuenta esos chicos era muy complicado que pudieran salir o incluso reducirles la condena. Y tuvo toda la razón, hicimos lo que pudimos.

Llegamos a la empresa, después de informar a mi padre por teléfono que habíamos perdido nos dijo que nos dirigiéramos a su despacho. Asi que eso hicimos, Maddie se bajo del coche desanimada por lo de antes. La agarre por la cintura y después la di un gran abrazo seguido de un eso en su cabeza.

-No te me pongas triste, angelito -susurré agarrando su cara

-Me da pena -puso pucheros

-Lo has hecho genial y te lo han agradecido -bese sus labios

Ella asintió sonriendo y después caminamos para el despacho de mi padre. Subimos al ascensor y ella pulso la segunda planta. La mire de arriba abajo, iba con una falda de tubo negra y arriba una camisa blanca. Aprete mis labios intentando controlar las ganas de besarla ahí mismo.

Ella noto mi mirada y sonrió.

-¿Qué? -dijo riendo

-Que estas...preciosa -sonreí

Ella se acerco y enredo sus brazos en mi cuello, me beso la comisura de los labios, la agarra fuerte atrayéndola a mi para que me sintiera mucho más. Sus pupilas se dilataron más de lo normal cuando me miraba y sonreí como un jodido idiota.

-Tu también estas guapísimo con este traje -susurró agarrando el borde de mi camisa y yo me tense

Justo cuando me iba a lanzar a sus labios el sonido del ascensor indicando que se abrían las puertas nos interrumpió, ella se separo riendo y yo gruñí frustrado. Salimos de este y llamamos a la puerta del despacho de mi padre. Él nos indico que pasáramos y nos pusimos justo frente su mesa.

-Os quiero agradecer lo mucho que os habéis esforzado en este caso, estoy muy contento -anuncio sonriendo

-Hemos hecho lo que hemos podido -dijo Maddie

-Lo sé y me habéis demostrado mucho, el caso se lo he pasado a Harry un amigo que tengo en Los Ángeles, él se encargara muy bien de ellos -nos informo

Los dos asentimos, ansiosos por saber si podríamos llevar juntos el caso de Clara, habíamos trabajado muy bien juntos y sabíamos como hacer las cosas.

-Bien, trabajáis muy bien juntos, me gusta mucho como os compenetráis, pero...

-Pero no llevareis el caso de esa chica juntos -dijo el padre de Hugo apareciendo detrás nuestro

-¿Qué? -dijimos Maddie y yo a la vez

-Señorita Brooks el caso lo llevara con mi hijo -volvió a hablar

Mis puños se cerraron de la rabia y mi mandíbula comenzó a tensarse.

-Pero, no lo entiendo, Sebastián usted nos dijo que si se lo demostrábamos podíamos

-Lo sé pero el señor Lee es mi socio y puede decidir estas cosas tanto como yo -hablo mi padre

Me apoye en la mesa de su escritorio y le mire serio.

-Me prometiste que si te demostrábamos que separábamos lo profesional de lo personal podíamos llevarlo

-Hijo entiéndeme

-Fíjate tu que no lo termino de entender

-No vamos a discutir esto señorito Miller, mi hijo presento un gran informe y tiene todo el derecho, usted podrá acompañarlos el día del juicio

-Está bien -dijo Maddie

Me di la vuelta abriendo mis ojos impresionado, ella me fulmino con la mirada para que no dijera ni una sola palabra y yo gruñí por lo bajo.

-Después de las vacaciones de verano podrán comenzar a prepararlo -agrego mi padre

Maddie asintió y los do salimos del despacho, entre al ascensor cabreado, podría haber sido otro, podría haber sido yo pero como siempre el padre de Hugo y él se meten de por medio. Y estaba seguro que esto no era solo por el caso.

Maddie pulso el botón y yo me cruce de brazos, ella comenzó a reírse y yo fruncí el ceño.

-Tienes tres años -sentencio

-Ya son más que tú -le guiñe el ojo

-No va a ser para tanto vale -se acerco a mi

-Maddie me hacia ilusión llevar ese caso contigo

-Y a mi, pero no podemos hacer nada

Asentí triste y nuestros teléfonos vibraron, los dos sacamos el móvil de los bolsillos y vimos que era un mensaje de Liam al grupo.

Liam: Cenita en el japones cerca de casa? Yo invito, tengo algo que proponer

Maddie y yo nos miramos sonriendo y asentimos, contestamos al momento los dos. Mire la hora y eran las 21:00, por lo que ya no nos quedaba nada que hacer. Salimos del ascensor y nos montamos en mi coche para ir al restaurante.

Parecía increíble, pero era la primera vez que no llegábamos tarde.

Pero adivina quien no cambia esa costumbre.