Corona de sangre | KOOKV

O C H O

Pasaron unos tortuosos minutos en que solo se miraban con la respiración errática. Era asombroso como un simple beso podría generar tal magnitud en sus cuerpos.

Tae, que no entendía porque seguía temblando tanto se mareo de un momento a otro. Jungkook lo sabía, lo había expuesto sin consideración a mucha de sus feromonas de alfa dominante, que de por sí nunca liberaba más del 10% de ellas con Taehyung había pasado el 50%. No estaba bien y ya eran varias veces que pasaba.

Jungkook sabía las consecuencias, y si seguía sobre estimulando la glándula de su cuello con tantas feromonas poderosas lo más probable es que lo convirtiera en omega. Tal vez inconscientemente quería eso y por eso su alfa se descontrolaba y no le obedecía.

—Jungkook... necesito aire, hace mucho calor. — fueron sus palabras mientras miraba el suelo demasiado sonrojado para su gusto. Le molestaba no poder controlarse.

—Déjame arreglar el lindo desastre que te he vuelto— Se acercó unos pasos a el y cómo pudo le ajustó los pantalones, le alisó su traje verde y maldijo porque era descubierto en toda la zona del cuello, clavícula y omóplatos, se veían claramente la marca de sus dientes por todos estos. Tae cerró los ojos y dejó que lo arreglaran, el arrollador orgasmo lo había dejado sin palabras.

Pero, quería más.

La sensación que nunca había sentido era demasiado placentera. Nunca pensó que se podia llegar a eso, Tae, quien en su anterior vida había sido violado y ultrajado veía el sexo como algo asqueroso, pero inesperadamente esa aversión que sentía cuando un guardia o cualquier hombre se le acercaba y le daba ganas de golpearlo con Jungkook no pasaba.

Tal vez sus cuerpos eran como dos piezas rompecabezas, se habían creado para encajar perfectamente.

Cuando estaba terminando los últimos detalles la puerta se abrió de un tirón. Mostrando a un Yongui agitado y a su lado un omega de pelo naranja que veia a Jungkook como un pedazo de caca. Se tapo la nariz cuando olió sus feromonas.

Taehyung en medio de su confusión se hizo varias preguntas, ¿Estos de donde se conocían? ¿Cuánto tiempo había pasado que habían venido a buscarlos?

—¿Jimin? ¿Que ha pasado? — preguntó Tae con la voz ronca. Este lo miro incrédulo

—Eso quisiera saber yo. ¿Por qué te ves como si te hubiesen dado la follada de tu vida y otra? —Se acercó a Tae aún tapándose la nariz y casi se desmaya cuando vio su cuelllo envuelto de mordiscos y dedos de manos marcadas —¡Tú, animal bastardo, ¿que le haz hecho al niño?!— le reprocho jimin a Jungkook, este alzo la ceja.

—¿Yongui quien es este omega gritón? —

—Al parecer  Jimin es amigo de Tae, me siguió porque pensó que tu padre le iba hacer algo, pero lo perjudicaste fuiste tú. — Dijo yongui conteniendo la risa. Jimin parecía un lindo chihuaha enojado. Le gustó que no le tuviera miedo a Jungkook.

—¿Amigo?— susurró Tae. Esas palabras sonaban lindas "amigo" lo había llamado así a pesar que lo conoció hoy. Se sentía lindo.

—Si Tae. ¿Sabes como te ves? Pareces un omega a punto de entrar en celo. Vamos — Lo agarró de la mano y se lo llevó de la compartimenta ahora no tan secreta. Jungkook se puso en marcha a perseguir a la naranja gritona, se había llevado a su osito y no le había dado un beso de despedida pero Yongui puso una mano en el pecho frenándolo.

—¿Que estás haciendo, Jungkook? — Pregunto yongui serio.

—Yo... me iba despedir bien— fue su excusa. Yongui soltó una carcajada incrédula.

—¿Despedir bien? ¿Te estás escuchando? — Con bastante fuerza le dio una bofetada a Jungkook, la cual habían acordado explícitamente que podía pegarle y Jungkook no lo mataría.