T R E C E

1.3K 146 51
                                    

Cuando por fin Jimin decidió que estaban lo suficiente alejados se percató de lo sollozos silenciosos de Taehyung.

—Tae —Lo abrazo y este se quejó del dolor. Cuando se separan lentamente vio el estado deprolable de su cuerpo. Suspiro sabiendo lo que significaba —¿Que ha pasado? Estoy aquí para escucharte.

—Jimin, yo... soy un idiota. —

—No digas eso. —Le agarró las mejillas que estaban empapadas de lágrimas y lo obligó a mirarlo fijamente. —El idiota es tu hermano, aveces me dan ganas de coserle la boca.

Tae en medio de su dolor medio sonrió

—Yo se que es un idiota, lo digo por Jungkook. —

—Ese es otro idiota. Mira nada más como dejo tu hermoso cuerpo, me va escuchar ese animal. —Jimin estaba que echaba humo por las orejas. —¿Te obligó?

—No el no... fue un poco demandante al principio pero yo lo quería igual que el. El problema no ese, se ha estado acostando con otro omega y conmigo al tiempo. —

Jimin pegó un grito y apretó el puño de la rabia, tenía que reconocer que se veía algo tierno enojado.

—Vamos a cortarle el pene. —

—¡Jimin! — Su risa se mezcló con su llanto provocando que casi se ahogara. Este también soltó una risita.

—¿Como te enteraste que ha estado con otro omega? Ah es que los malditos alfas solo saben pensar con el pene.

—Es un sirviente. Supe que algo estaba mal por lo arrogante que se comportó, me sentía tan utilizado. El emperador tenía razón ¿En que estaba pensando en que yo un beta podría estar con alfa dominante? —

—Escúchame, no tienes nada que envidiarle a ningún omega. Eres el ser más hermoso que he visto, y eso no es lo único que te hace especial, eres sumamente inteligente y educado. ¿Por qué no intentas hablar con Jungkook? —

—Mi parte racional dice que debo hacerlo, pero ahora sólo quiero que sepa que estoy molesto. —

Taehyung estaba celoso, muy celoso. Lo haría sufrir por decidir jugar con el.

—Buena idea. Los alfas se creen unos dioses pero ellos son los primeros en perder la cabeza ante los celos. Hazlo que sufra y que sepa que no tiene el derecho a ponerte un dedo encima. — Jimin sonrió. Tae asintió.

Se sentaron en el hermoso césped del jardín. Muy suave y con la cadera doliéndole Tae se recostó a mirar el cielo tan claro. Suspiro profundo al tiempo que inhalaba aire puro.

Sintió como Jimin se acostaba a su lado y recostaba su cabecita en su pecho. Era magnifico la tranquilidad que le transmitía.

—Estoy seguro que puedes tener a quien quieras ¿Por qué te sorprende tanto? ¿O es que nunca notas todas las miradas que tienes sobre ti a todo el tiempo? No te dejes intimidar por nadie Tae —

Tae solo asintió con los ojos cerrados. A pesar de que aún sentía una leve opresión en el pecho por lo de esta mañana no dejaría que le afectara más. No lo merecía.

Cuando Jungkook junto con Yongui llegaron al templo la bienvenida no fue muy grata por así decirlo. Apenas pusieron un pie encima tuvo a 10 obispos apuntándolo con lanzas benditas, rodeándolo. Sabía perfectamente que al estar en un lugar sagrado no podía usar sus feromonas malditas pero le sorprendió que aún así sintieran la energía oscura salir de él. Sintió como su brazo comenzó arder y palpitar y su cabeza a doler.

—¿Que eres? —Se atrevió a preguntar un obispo aún temblando. Ellos que eran seres sagrados podían sentir y percibir todo lo que Jungkook ocultaba.

Corona de sangre | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora